Una banda integrada por colombianos, mexicanos y argentinos que pretendían enviar cocaína a Portugal camuflada en almohadillas térmicas fue descabezada en La Plata y el sur bonaerense. Uno de los tres detenidos, informó ayer el gobernador Daniel Scioli, pertenece a Los Zetas, la organización delictiva con presencia en México y Guatemala. Se llama Luis Rafael Ulibarri y es custodiado por el Grupo Halcón “porque su carácter es violento”, reveló a este diario una fuente de la llamada Operación Lisboa. También fue aprehendido un ciudadano colombiano-mexicano, Francisco Núñez, quien habría conseguido los 50 kilos de cocaína hallados en un comercio platense, usado como pantalla y cuyo dueño fue apresado. Aún resta atrapar a otros sospechosos, ya identificados.

Los dos ciudadanos extranjeros atendían un negocio en pleno centro de La Plata, en la calle 6 entre 43 y 44, donde fueron detenidos el martes pasado. Ulibarri proviene de Tijuana y, según fuentes policiales, tiene pedido de captura en su país. Núñez es de Cali y pertenecería a la organización criminal conocida como Oficina de Envigado. “La fachada era creíble, una tienda bien puesta, con estanterías, muy prolija”, describió un investigador. Allí, agregó, sólo se vendían almohadillas de varios tamaños y colores, sin enchufe, pero con una especie de botón interno que genera un cambio en el líquido que contienen, brindado calor durante 40 minutos.

El novedoso aparato iba a ser presentado hoy en Expomedical, en el Centro Costa Salguero de la ciudad de Buenos Aires. Luego se llevaría por avión una tanda, con la cocaína infiltrada en el gel de la almohadilla, a Lisboa, Portugal, a otra exposición similar. En las cajas fuertes del negocio allanado se encontraron los 50 kilos, mil almohadillas de distintos tamaños, entre las que podría haber algunas impregnadas con la droga, cinco mil dólares, varios pasaportes, dos máquinas esterilizadoras, otra estampadora y otras herramientas.

El argentino detenido, llamado Luis, no tiene antecedentes penales y sería el responsable de la fábrica Aplika, en la calle Martín Capello al 500 de la localidad de Banfield, en Lomas de Zamora. Varias almohadillas tienen impreso el nombre de esa empresa, otras vienen estampadas con la marca Equipos Terapeúticos S.A., una fachada legal de los dos sospechosos extranjeros montada con fines ilícitos. También habría productos sin inscripciones, que de ser fabricados por Alika complicarían aún más la situación del imputado local.

La pista principal provino de la policía de Necochea, confió ayer Scioli, rodeado del jefe de la Bonaerense, Juan Carlos Paggi, y de su ministro de Justicia y Seguridad, Ricardo Casal. Incluso, varios agentes de esa ciudad balnearia participaron de la investigación, con permiso del juez federal de Lomas de Zamora, Alberto Santamarina. La carga decomisada, comentó el mandatario bonaerense, tiene un precio estimado de 20 millones de euros. “Y es de máxima pureza”, agregó Scioli mientras tomaba un ladrillo ya rotulado como “evidencia” y lo exhibía ante las cámaras.

“Sabemos que Ulibarri está activo dentro de la organización. Cuando consultamos a las autoridades mexicanas estaban muy interesadas en él porque podría ser jefe de una región”, dijo una fuente de la investigación anoche. Por su parte, Núñez, como los compatriotas suyos detenidos en el Operativo Rejas Blancas en junio, también aportaba su conocimiento sobre la manipulación de la cocaína, no para cocinarla, sino para camuflarla en el gel de las almohadillas. No está claro aún de qué país provino la droga y qué cadena de complicidades existen para poder sacarla a Lisboa, más allá de la fachada legal y el camuflaje.

En total hubo seis allanamientos, encabezados por la Superintendencia de Investigaciones de la Policía Bonaerense. Sólo dos fueron publicitados debido a que aún resta atrapar a integrantes de rango menor en la estructura de esta organización criminal. ¿Y qué relación podrían tener Los Zetas con este envío? Paggi explicó que “hasta el momento parecen ser parte de una banda reducida”. Sin embargo, el jefe de la Bonaerense aclaró que se trabaja contrarreloj con las autoridades de Migraciones, entre otras, para establecer la existencia de nuevos implicados.