Graciela Dieser, la mujer que, junto con su ex marido Carlos Fraticelli, cumplió seis años de cárcel por haber sido considerada autora del crimen de su hija Natalia en el año 2000, fue encontrada muerta ayer en su casa. El hallazgo se produjo poco después de las nueve de la mañana, cuando su hijo Franco, de 29 años, alertó a la policía luego de haber hablado con ella. Dieser, que aparentemente había ingerido barbitúricos, se encontraba en la bañera. Llegados al lugar, los médicos la llevaron a su cama y tras una hora de intentar reanimarla sin éxito, declararon su muerte. Al cierre de esta edición había finalizado la autopsia, aunque fuentes policiales no pudieron precisar cuándo estarían los resultados. Carlos Fraticelli, el ex marido de Dieser, “está muy conmocionado por lo sucedido”, dijo a la prensa su abogado Carlos Edwards. Dieser dejó cuatro cartas, una de ellas dirigida al “Sr. Juez”, en la que explicaba que “extrañaba” a su hija Natalia y quería “encontrarse con ella”.

Cerca de las nueve de la mañana de ayer, “nos anotician de la Seccional 1ª que la señora se habría tratado de quitar la vida”, informó a este diario el comisario mayor Marcelo Bianciotti, jefe de la Unidad V de Rafaela. En el lugar, los agentes se encontraron con Franco Fraticelli, el hijo de Dieser, y “un vecino que intentaba reanimar a Graciela”, luego de haberla sacado de la bañera donde la había hallado el joven al llegar. Luego, los médicos intentaron reanimarla durante una hora, pero sin éxito.

“Franco nos dijo que él la notaba un poquito bajoneada, depresiva y que esta mañana temprano (por ayer) había hablado con ella y que ella había llorado un poco mientras hablaban”, contó a este diario Bianciotti. Luego de esa charla fue que Franco, que trabaja en una estación de servicio cercana, se acercó hasta el departamento de la calle Sarmiento al 200 en el que su madre convivía con su nueva pareja, Daniel Aguilar.

Fuentes de la investigación señalaron que en la casa también se hallaron unos granitos rosados, posiblemente veneno para ratas, y que la mujer podría haber ingerido eso además de barbitúricos.

Fuentes del Hospital Jaime Ferré, donde se realizó la autopsia al cuerpo, informaron que “prima facie el resultado es compatible con suicidio y la causa asfixia por inmersión”, de acuerdo con el informe realizado por el forense Rodolfo Arancibia.

El juez Carlos Stegmayer, que llegó primero al departamento porque su despacho se encuentra enfrente, halló con los policías cuatro cartas “prolijamente expuestas en el baño”, explicaron fuentes judiciales. Una de ellas, dirigida específicamente al “Sr. Juez”, “decía que Natalia la visitaba todas las noches, que ella no aguantaba más lo que la extrañaba y que la determinación de matarse fue para encontrarse con ella”, detalló la fuente. Las otras cartas estaban dirigidas al hijo de Dieser, Franco; a su actual pareja y a otra persona que los pesquisas desconocen, por lo que el juez las resguardó y concertará citas con esas personas para abrirlas en su presencia y poder obtener, en todo caso, información para la causa.

Por otra parte, el juez Stegmayer ordenó el secuestro de los teléfonos celulares de Dieser y su hijo para analizar el contenido de los mensajes de texto, que no fueron revelados. La mujer vivía en Rafaela desde hace cuatro años en un departamento de su propiedad, no se le conocía ninguna ocupación y convivía desde hacía dos años con su pareja, de oficio electricista.

Dieser y su ex esposo, el juez Carlos Fraticelli, cobraron notoriedad el 29 de mayo de 2000, cuando su hija Natalia, una quinceañera con retraso madurativo, apareció muerta en su habitación de la casa familiar, en la ciudad santafesina de Rufino, donde su padre ejercía el cargo. Los forenses que participaron de la pesquisa determinaron que la chica presentaba síntomas de asfixia; desde el inicio, la principal hipótesis de la investigación fue que sus padres estaban relacionados con su muerte.

El 14 de mayo de 2002, Fraticelli y Dieser fueron condenados a prisión perpetua como coautores de homicidio doblemente calificado. Los abogados del matrimonio insistieron en que se trató de un caso de suicidio por ingesta de medicamentos y apelaron la sentencia, pero recién en 2006 la Corte Suprema anuló la sentencia y ordenó que se dictara un nuevo fallo. Entonces, Fraticelli y Dieser obtuvieron la libertad condicional y rehicieron sus vidas por separado. A fines de 2009 un nuevo fallo de la Cámara de Venado Tuerto los absolvió.