Carolina Píparo, la mujer baleada en 2010 –cuando estaba embarazada– en una salidera bancaria y que dio a luz un bebé que murió una semana después, expresó ayer su “indignación” porque sufrió un nuevo asalto, esta vez en un departamento de su propiedad en La Plata. “Quiero que empecemos a hablar de los derechos nuestros, de los derechos humanos de la gente, de los derechos humanos que tenía mi hijo”, dijo Píparo a la prensa, luego de reunirse ayer con el ministro de Seguridad bonaerense, Ricardo Casal. La mujer se declaró “indignada pero no sorprendida (por el nuevo asalto), porque los delincuentes se mueven en la provincia con total libertad”. Explicó que el hecho ocurrió cuando en el departamento no había nadie, pero aseguró que por la mañana ella había estado allí con su hija. Los que entraron produjeron algunos destrozos, al parecer porque no encontraron dinero ni objetos de valor en el lugar.

Píparo, que ahora vive con su familia en la Capital Federal, conserva un departamento en La Plata, donde fue baleada en 2010. Luego del nuevo asalto, aceptó una invitación que le hizo el ministro Casal, a quien informó sobre lo sucedido y le expresó sus opiniones en materia de seguridad. “Si hay que poner un policía por edificio, que se ponga, porque los problemas estructurales de la provincia son terribles.” Aseguró que de los que la balearon a ella “ninguno dijo que tenía hambre” y que robaba porque tenía “a sus hijos esperando un plato de comida”. Por eso, opinó que “el asesinato permanente” se ha convertido “en un trabajo para ellos” porque “se mueven con total impunidad”.