SOCIEDAD › CANDIDATO A INTENDENTE DEFIENDE A SU HIJO PROFUGO

Un crimen en “defensa propia”

La trágica fiesta de cumpleaños del local Caramelo, en Moreno, que concluyó con un muerto y tres heridos, tuvo derivaciones sorprendentes. Los dos acusados por el homicidio son hijos del ex diputado provincial por el radicalismo y candidato a intendente de Moreno Joaquín “Pipi” Nogueira. Uno de ellos, Joaquín (h.), fue detenido. El otro, Carlos Mariano, señalado como el que disparó las balas, sigue prófugo. Lo que no se había dicho es que El Pipi Nogueira es también abogado del capitalista de juego Roberto “El Lujanero” Laffont, padre de Facundo, el chico secuestrado y liberado la semana pasada. Ayer, sin que le temblara un músculo de la cara, El Pipi lanzó una versión distinta de la trágica fiesta: dijo que sus hijos habían actuado “en defensa propia”.
Ayer, mientras familiares y amigos velaban a Juan José Oliva, Pipi Nogueira salió a la palestra con su propia versión, acusando a los participantes de la fiesta, sin dar nombres: “Algunos estuvieron en la cárcel y en el tráfico de drogas”, aseguró. Nogueira es abogado de Roberto Laffont, cacique del juego de Luján, cuyo hijo, Francisco, permaneció secuestrado 24 días hasta que el jueves pasado fue liberado. A Nogueira se lo pudo ver junto al Lujanero durante la conferencia de prensa del viernes pasado en la que Laffont acusó al juez César Melazo de intentar extorsionarlo. El Pipi, ex diputado provincial radical, se candidatea para la intendencia de Moreno de la mano del puntano Adolfo Rodríguez Saá.
Ayer, aseguró que “mi hijo (Carlos) dejó el arma para que se la entregáramos a la policía y se fue para no traer el quilombo a casa. Ahora no sabemos dónde está”. Quienes participaban de la fiesta sostuvieron que “nos habían cobrado 150 pesos por alquilar el salón cinco horas, y para extendernos una hora más nos pedían 180”. Así, al parecer, se desató la trifulca. Según los testigos, Carlos Nogueira sacó un arma y comenzó a disparar. Hirió a Atilio Coutinio, de 44, tío de la nena que cumplía años. Después al disc-jockey, Marcelo Fernández, de 26, que intentó interceder. Y por último, disparó a Oliva, de 35, “cuando quiso interponerse para cubrir a los chicos”, dijo Coutinio. Según el testigo, El Pipi cayó más tarde por el hospital y le descargó una trompada mientras se recuperaba de sus heridas en una camilla. Los familiares de Oliva aseguraron que la policía había intentado cubrir el hecho partiendo de sugerencias de los Nogueira, que decían que se había tratado de un asalto frustrado.
Para El Pipi, en cambio, todo se trató de legítima defensa. “La gente empezó a rodear a Mariano”, dijo. “Esta situación hace que sienta que la cosa se podía disparar –no por la pistola, sino por los ánimos– y quiere salir del salón. Empieza a salir rodeado de gente y cuando estaban saliendo alguien le pega una trompada de atrás y Joaquín le pega una trompada a ese que le había pegado.” Siguiendo el relato, Mariano “comenzó a disparar con la pistola”. Allí ya hubo un herido. Después, según El Pipi, sus dos hijos corrieron y Mariano “vuelve a disparar y le da a uno en la pierna”. Llegan al portón y allí, “en legítima defensa”, disparó dando muerte a Oliva. Después, Carlos volvió a disparar, pero de la Justicia.

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