Viernes, 22 de marzo de 2013 | Hoy
SOCIEDAD › UNA ESTACION DE LA LINEA E DE SUBTE LLEVARA EL NOMBRE DEL PERIODISTA ASESINADO POR LA DICTADURA
La Legislatura porteña aprobó ayer por unanimidad el cambio de nombre de la estación Entre Ríos por Entre Ríos-Rodolfo Walsh, en homenaje al escritor asesinado hace 36 años en esa esquina. La propuesta fue de los metrodelegados.
Por Eduardo Videla
La estación Entre Ríos de la línea E de subte se llama a partir de ahora Entre Ríos-Rodolfo Walsh. Lo aprobó ayer la Legislatura porteña, por unanimidad, en homenaje al periodista, escritor y militante asesinado y desaparecido por un grupo de tareas de la ESMA el 25 de marzo de 1977, a unos metros de la esquina donde se ubica la estación. La iniciativa fue impulsada por los delegados del gremio de subterráneos y los legisladores Gabriela Cerruti y Fabio Basteiro. El lunes, en coincidencia con el 36º aniversario del crimen, podría realizarse el acto de cambio de denominación.
“Desde hace dos años, para el Día del Periodista, venimos haciendo un acto en la estación para reclamar el cambio de nombre. El año pasado le hicimos la propuesta a Gabriela Cerruti, que lo presentó en la Legislatura”, dijo a Página/12 Roberto Pianelli, titular de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte. En el acto realizado en junio de 2012 estuvo Patricia Walsh, hija del periodista, quien había presentado un proyecto en ese mismo sentido en 2009, cuando era legisladora porteña. Esa iniciativa perdió estado parlamentario pero fue retomada por Basteiro.
“Le damos mucha importancia a la calidad literaria de Rodolfo Walsh y también a su compromiso y su militancia, su participación junto al movimiento obrero en la CGT de los Argentinos”, dijo Pianelli, al fundamentar la propuesta del gremio. “Y nos parece un avance desde el punto de vista cultural que los verdaderos héroes del pueblo, a los que intentaron silenciar, tengan su reconocimiento en el espacio público.”
El proyecto había sido aprobado en primera lectura el 10 de diciembre y, como todos los cambios de nomenclatura, fue debatido en audiencia pública esta semana. Cerruti impulsó un acuerdo con el macrismo para tratarlo sobre tablas en la sesión de ayer.
“Ojalá que esto sirva para que padres e hijos, mientras esperan el subte, puedan hablar sobre quién fue Rodolfo Walsh: un periodista, un escritor, un militante que dio su vida por una sociedad mejor”, dijo la legisladora de Nuevo Encuentro al abrir los discursos en la sesión de ayer. Habló de Walsh como “el modelo de periodismo a seguir” que ella adoptó cuando inició su carrera, en 1983, en la Universidad Nacional de La Plata. “Es un ejemplo de aquellos que hablaban cuando nadie hablaba, cuando los medios de comunicación callaban, y cuando una parte importante de la sociedad miraba para un costado; un símbolo de los que abrieron una ventana para que entrara algo de luz, y de los que resistieron a la dictadura aún sin perder la vida”, enfatizó.
Fabio Basteiro (Buenos Aires para Todos) recordó una frase de Walsh que parecía escrita para la ocasión: “Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia parece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas”. A partir de allí, reivindicó este proyecto como “parte de la disputa cultural por los nombres de los espacios públicos, que tiene que ver con nuestra historia”.
“Con esta iniciativa queremos evocar el compromiso y la valentía de Walsh, mantener viva en la memoria de los porteños a las víctimas del terrorismo de Estado y, de esta manera, ratificar un compromiso de verdad y justicia”, expresó Basteiro. Y agregó que “es un orgullo para toda la militancia haber conseguido este reconocimiento en esta semana de la memoria, cuando se están cumpliendo 37 años del golpe genocida”.
Julio Raffo (Proyecto Sur) destacó el trabajo de Walsh como autor de Caso Satanowsky y Quién mató a Rosendo, dos de sus principales investigaciones periodísticas. “Puso su talento al servicio del periodismo revolucionario, y siguiendo el ejemplo de Leandro Alem, Lisandro de la Torre e Hipólito Yrigoyen, asumió la lucha armada en defensa de sus ideales y cayó en defensa de esos ideales”, enfatizó.
Rocío Sánchez Andía (Coalición Cívica) destacó, en cambio, como obra máxima Operación Masacre, y se refirió al “coraje y decisión militante” de la Carta Abierta a la Junta Militar, “el documento que mejor marcó a la dictadura, no sólo como denuncia de la represión sino de la política económica, la complicidad civil, empresarial y de los medios, y lo decía claramente a un año del golpe”.
Desde el Frente para la Victoria, Gabriela Alegre consideró a Walsh como “un emblema, un protagonista de la década del ’70 que demostró su coraje en la lucha contra la dictadura con su participación en la agencia Ancla (Agencia de Noticias Clandestina) desde donde difundía la información que en los medios de comunicación cómplices de la dictadura no aparecían”. “Resistió hasta último momento, a pesar del dolor por la muerte de su hija Vicky –agregó la legisladora–. Y su Carta Abierta hoy es leída en todas las escuelas del país.”
María Elena Naddeo (Frente Progresista Popular) adhirió a la iniciativa y recordó que un proyecto de su bloque propone cambiar el nombre del Pasaje Rauch (en Almagro) por el de Rodolfo Walsh. Alejandro Bodart (MST) manifestó que “la misma batalla cultural debe darse para que una de las calles más largas de la ciudad deje de llamarse Ramón Falcón”, el jefe policial que encabezó una masacre de manifestantes obreros en 1909.
Por último, el diputado Helio Rebot (PRO) expresó la adhesión de su bloque, “en especial de los peronistas de mi bloque”. “Walsh fue un símbolo de la defensa de la verdad, que levantó su voz en nombre de los que no tenían voz. Y su espíritu crítico lo llevó a hacer cuestionamientos incluso dentro de su organización.”
Según explicó Cerruti a este diario, el nombre de Walsh se agregó al de Entre Ríos y no se reemplazó, como proponía el proyecto original, “por sugerencia de la Comisión Nacional de Lugares Históricos, ya que el nombre tiene protección patrimonial”. La iniciativa finalmente fue aprobada por los 47 diputados presentes.
Rodolfo Walsh fue asesinado el 25 de marzo de 1977, un día después de haber escrito su Carta Abierta a la Junta Militar. Lo quisieron secuestrar cuando asistía a una cita, sobre la avenida San Juan (que por entonces era doble mano) entre Combate de los Pozos y Entre Ríos. Allí lo esperaba un grupo de tareas de entre 25 y 30 personas. Ni siquiera pudo defenderse: lo acribillaron a balazos y su cuerpo fue llevado a la ESMA. Hasta ahora se desconoce su destino. Un día después saquearon su casa de San Vicente y robaron parte de su obra inédita.
Treinta y cuatro años después, en octubre de 2011, por ese y otros crímenes cometidos en la ESMA fueron condenados a prisión perpetua dieciséis represores, entre ellos, Jorge “El Tigre” Acosta, Alfredo Astiz, Juan Carlos Fotea y Ernesto Weber, que participaron del operativo. Otros dos están prófugos, uno murió y el resto no pudo ser identificado. Después de la Justicia, ahora la ciudad le asigna un espacio en su memoria.
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