Viernes, 7 de junio de 2013 | Hoy
SOCIEDAD › ORGANIZACIONES ORIGINARIAS DE TODO EL PAIS APOYARON EL TRASLADO DEL MONUMENTO A COLON
Más de cien entidades que nuclean a distintos pueblos indígenas elaboraron un documento conjunto para respaldar la iniciativa del gobierno nacional de mudar la estatua de Colón. Reivindican el “símbolo” de retirarlo de su actual emplazamiento y colocar allí a Juana Azurduy.
Organizaciones de descendientes de pueblos originarios de todo el país manifestaron su apoyo al traslado del monumento a Cristóbal Colón emplazado en la plaza trasera de la Casa Rosada, que el gobierno nacional proyecta mudar a otro espacio para erigir allí un monumento que homenajee a Juana Azurduy. La intención de “desmonumentar a Colón”, señaló una solicitada en la que las organizaciones anunciaron su respaldo a la medida, implica un “hecho histórico” que critica, en “el símbolo del genocidio y etnocidio de los Pueblos Originarios de América”, aquellos sucesos. Para las organizaciones, el proyecto sobre la estatua “no puede reducirse al debate sobre si la misma es patrimonio de la Nación o de la ciudad de Buenos Aires”, porque debe entenderse “como consecuencia del avance de los pueblos sudamericanos en la construcción de gobiernos más justos y de Estados más inclusivos”. Por ello, “desandar el camino de la colonización en términos materiales y simbólicos”, señalaron, se complementa con “recuperar, enaltecer la figura de Juana Azurduy”. En diálogo con Página/12, representantes de algunas de las organizaciones firmantes de esa solicitada insistieron en que el planteo de acompañamiento de la decisión del gobierno nacional implica la “resignificación” de los espacios institucionales asociados con el poder y la identidad del Estado.
La solicitada publicada ayer reunió firmas del Encuentro Nacional de Organizaciones Territoriales de Pueblos Originarios, la Coordinadora de Comunicación Audiovisual Indígena de Argentina, los medios de comunicación de pueblos originarios y comunidades kollas.
El texto sostenido por todas las organizaciones consiste en retomar “un planteo que hicieron los organismos de derechos humanos en Argentina, y que también es una discusión de diferentes sectores sociales e intelectuales, acerca de los monumentos y la memoria colectiva”, explicó a este diario el mendocino Gabriel Jofre, werken (vocero) de la organización Identidad Territorial Malalweche. Lo importante de esa postura, señaló, es “no destruir”, sino “resignificar el monumento”. “Es cierto que la decisión tomada tiene varias aristas, entre ellas reconocer que los monumentos, el de Colón pero también el de Roca, están en lugares determinados para que no sea tan fácil la resignificación de ese espacio”, por lo que la discusión es “por resignificar los espacios”. Para las organizaciones de pueblos originarios, “lo importante es la Casa Rosada y los 200 años de historia argentina”, porque “en los últimos 140 se instaló una elite y los movimientos populares han intentado cuestionar esos significados, pero sin lograrlo. Esa elite dijo ‘civilización o barbarie’ o ‘somos solamente un país agroexportador’, o ‘Argentina es monocultural, vamos todos a la escuela que ahí se van a dar cuenta qué es la civilización’, pero llegado este punto, cerrar el Bicentenario con un homenaje a Juana Azurduy es un broche importante”.
“Para nosotros, Colón es un llamado conquistador que no luchó con nadie, sino que empezó a despojar América”, aseguró Oscar Talero, de la comunidad qom Qadhuotque Rosario. Publicar la solicitada fue un paso natural en el proceso de intercambios que organizaciones de pueblos originarios de todo el país mantienen por distintas vías. Por ello, explicó, procuraron hacer explícito y público su acompañamiento a la iniciativa. Un monumento a Colón “no puede estar dentro de un ámbito como las cercanías de la Casa Rosada en un Estado que tiene una propuesta integradora y pluralista”. Por ello, la iniciativa de desplazar el monumento a Colón para instalar otro en homenaje a Juana Azurduy “no sólo nos alegra, sino que se trata de una reparación histórica, que de a poco se va a ir entendiendo, y reivindica la participación de los pueblos indígenas en la historia argentina y su reclamo de hace mucho tiempo”.
Para Jofre, “lo simbólico no es el monumento, sino su cercanía a la Casa Rosada. Que permanezca la imagen de Colón ahí quiere decir que no nos sacamos una atadura. Pero poner a Juana Azurduy es retomar la discusión donde había quedado: qué es la emancipación, qué es cortar cadenas”.
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