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El hombre que había secuestrado y mantenido cautivas durante diez años a tres jóvenes, a las que violó reiteradamente, fue condenado a más de mil años de cárcel sin posibilidad de solicitar la libertad condicional. “Señor, no hay espacio en esta ciudad, no hay ningún lugar en este país, de hecho no hay espacio en este mundo para aquellos que esclavizan a otros, que asaltan sexualmente a otros o que brutalizan a otros”, dijo el magistrado Michael Russo a Ariel Castro luego de leerle la sentencia. Sobre el condenado pesaban 900 cargos por el secuestro, violación e incluso homicidio al haber provocado varios abortos al menos a una de sus víctimas.

Castro secuestró y ultrajó durante diez años a Amanda Berry, de 27 años, a Gina DeJesus, de 23, a Michelle Knight, de 32 y la hija de seis años de Berry, que nació cuando la joven estaba en cautiverio. Las jóvenes habían desaparecido entre agosto de 2002 y abril de 2004, y en mayo de este año Berry logró huir de la casa donde estaba cautiva y pedir ayuda.

A la audiencia de ayer sólo acudió Michelle Knight, quien fue la que más tiempo estuvo cautiva, ya que permaneció once años secuestrada. Entre lágrimas, la joven contó parte de sus padecimientos y se mostró satisfecha por la larga sentencia a Castro porque le permitirá “comprender el infierno” que vivieron sus víctimas. “Pasé once años en el infierno. Ahora tu infierno no hace más que comenzar, yo superaré esto, pero tú afrontarás el infierno por toda la eternidad”, dijo Knight entre sollozos.

A comienzos de julio, las tres víctimas dieron a conocer un video en YouTube para agradecer el apoyo, contar que se están recuperando y pedir que se siga respetando su privacidad.