La comunidad de la Escuela Normal Mariano Acosta, ubicada en el barrio porteño de Balvanera, realizó ayer una asamblea en la que participaron alumnos, docentes y padres para expresar su preocupación ante las constantes amenazas de bomba que recibe la institución. La intranquilidad de la comunidad educativa no se reduce, sin embargo, a las amenazas reiteradas: la evacuación de los alumnos debe hacerse a una plaza donde no hay garantías de seguridad. Ante la falta de respuestas por parte de los diferentes organismos públicos, los padres anunciaron para la semana que viene un corte de calle en la puerta de la institución.

En lo que va del año, el Mariano Acosta recibió doce amenazas de bomba que ponen a las autoridades de la escuela entre la espada y la pared: evacuado el edificio, la plaza adonde deben dirigirse representa también un peligro latente. “No sólo se obstaculiza la actividad educativa sino que implica un riesgo doble para los chicos. Según el protocolo tenemos que llevarlos a la plaza González Tuñón –ubicada en las calles Hipólito Yrigoyen y 24 de Noviembre–, donde las condiciones de seguridad no son las mejores”, explicó a Página/12 la directora de la escuela, Raquel Papalardo.

Lejos de ser un refugio donde estar a salvo de las amenazas de bomba, la plaza se transforma en una nueva preocupación. “En ella encontramos vidrios, jeringas y preservativos usados. Hubo chicos que se cortaron con los vidrios y tuvimos también que sufrir algunas situaciones de inseguridad”, indicó Papalardo.

Cada vez que reciben una amenaza, las autoridades deben evacuar a 900 estudiantes del Mariano Acosta sumados a otros 600 de la escuela lindera, Brigadier Zapiola, entre los que se encuentran alumnos de primaria y jardín de infantes. “Son, en total, 1500 chicos que no sabemos dónde evacuarlos”, dijo Papalardo.

Según la directora del establecimiento, desde la Subsecretaría de Emergencias porteña no les ofrecen otro sitio de evacuación. En este sentido, durante la última amenaza sufrida el miércoles pasado, Papalardo se negó a evacuar a la plaza y, describió, “estuvimos con los chicos desde las dos hasta las cinco de la tarde en la calle Alsina, entre Urquiza y 24 de Noviembre, sin baños, con mucho frío y sin que viniera la brigada de explosivos a revisar”.

La directora recordó que durante el receso invernal presentó ante la Justicia un petitorio con 300 firmas solicitando que se investiguen las llamadas telefónicas que se realizaron en el último tiempo. A su vez, explicó Papalardo, elevaron una nota el 12 de julio pasado al Ministerio de Espacio Público de la Ciudad, solicitando iluminación en las distintas cuadras próximas a la escuela, corte de árboles y mejoramiento de la Plaza González Tuñón.

“No tuvimos respuesta de nadie. La Justicia no interviene como debería. El Ministerio de Seguridad de la Ciudad no hace nada, lo mismo que el Ministerio de Educación”, sostuvo Papalardo.

Ante la consulta de este diario, fuentes de la cartera educativa porteña sostuvieron que pretenden presentarse como querellantes en los distintos juzgados federales donde se tramitan las causas por amenazas de bomba.

“Estos hechos constituyen una amenaza para el Acosta, pero también para toda la escuela pública”, sostuvo uno de los padres que intervino en el encuentro realizado ayer en la escuela. “Muchos alumnos fueron asaltados cuando venían y se iban de la escuela. Yo he visto a chicos con un cuchillo, dados vuelta, y no supe qué hacer. Lo que estamos pidiendo no es que esos pibes vayan presos, sino que el Estado local aparezca y los contenga”, indicó Alina Conde, mamá de una alumna de primaria.

Los padres resolvieron manifestarse el próximo viernes 30 al mediodía en la puerta de la escuela, General Urquiza 277, donde realizarán un corte de calle.