La posibilidad de debatir un proyecto de ley que baje la edad de punibilidad a los 14 años, como propuso el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, generó opiniones encontradas entre funcionarios, legisladores y organismos vinculados con los derechos humanos. Mientras que el diputado nacional Carlos Kunkel advirtió que ni el bloque oficialista ni el Partido Justicialista estudiaron una propuesta en ese sentido, el senador Aníbal Fernández adelantó que “no votaría” una iniciativa de ese tenor, aunque sí debatiría un “régimen penal juvenil”. Por su parte, el ministro de Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, señaló que se trataba de una “medida efectista”, pero consideró probable que sea necesario implementarla en “un plan integral de reforma del sistema penal”. El ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, advirtió que “si se genera un debate”, su cartera debe ser parte porque “tenemos mucho por decir” al respecto.

Por otra parte, la Comisión por la Memoria de la provincia de Buenos Aires explicó en un comunicado que propicia “la transformación de la seguridad pública en clave democrática, en contraposición a la demagogia punitiva y las medidas efectistas”. En un sentido similar, la Defensoría General de la Nación expresó su “profunda preocupación” en otro comunicado. Las propuestas de bajar la edad de punibilidad a los 14 años, aclaró, contradicen la jurisprudencia, en la cual se encuentra un fallo reciente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que condenó al Estado argentino por el caso de cinco menores condenados a perpetua, entre ellos uno que murió en la cárcel.

El diputado Kunkel minimizó las declaraciones de Insaurralde: “El candidato tiene todas las posibilidades de expresar lo que sienta”, explicó, y agregó “éste es un tema puntual que en algún momento consideramos oportuno no avanzar, pero son las propuestas del candidato, que vamos a analizar”. El senador Fernández manifestó diferencias insalvables. “Tengo una posición muy clara al respecto, no votaría una cosa de esas”, dijo, porque sigue “creyendo que determinados casos excepcionales han provocado una exacerbación de la situación y muestran a un nivel muy chiquitito como si fuera la generalidad de las cosas” el problema del delito. De todos modos, aclaró que “discutir un régimen penal juvenil me parece estupendo, se regule o ponga en forma la ley para interpretar cuándo un joven participa de un hecho delictivo”.