SOCIEDAD › LA MITAD DE LOS CHICOS DE UNA VILLA, CONTAMINADOS CON PLOMO
El infierno existe y está en el Docke
Un estudio revela que a metros del Polo Petroquímico de Dock Sud, el 50 por ciento de los chicos tiene más plomo en la sangre que lo tolerable. En el aire se detectaron 15 gases tóxicos, algunos cancerígenos. El intendente de Avellaneda hizo una denuncia penal.
Por Alejandra Dandan
El Polo Petroquímico de Dock Sud genera el 5 por ciento del PBI de la provincia de Buenos Aires. Es uno de los sectores que concentra 25 industrias de alto riesgo, desde poderosas petroleras como Shell o Dapsa, plantas de tratamiento químico como Meranol y los hornos de residuos peligrosos de Trieco. Esa misma zona convive con Villa Inflamable, un barrio donde unas cuatro mil personas viven sobre una bomba. Página/12 tuvo acceso a las conclusiones del primer estudio epidemiológico y ambiental sobre los niveles de contaminación de la zona. Los resultados son escalofriantes: la mitad de los chicos de entre 7 y 11 años examinados están contaminados y en riesgo por niveles de plomo en sangre superiores a los tolerables. La presencia de hidrocarburos en el aire es 8 veces más alta que en La Boca: Villa Inflamable respira durante todo el día, todos los días, 15 gases distintos que pueden ser cancerígenos; además, se encontró arsénico en el suelo y cromo en cantidades considerables. La comuna de Avellaneda acaba de presentar una denuncia penal en los Tribunales de Lomas de Zamora para que se investigue el origen de algunas de esas sustancias: no descartan que las empresas usen plomo o arsénico de forma ilegal. La denuncia se anunciará junto con los resultados del estudio, hoy, durante una conferencia de prensa.
El informe final es el resultado de cuatro meses de trabajo sobre una población de 150 chicos de entre 7 y 11 años de Villa Inflamable, en el Dock Sud. Los datos obtenidos fueron contrastados con los registrados en otra de idénticas características pero que vive en Villa Corina, una localidad ubicada a más de tres kilómetros del Docke. El trabajo de monitoreo y medición fue financiado por la Agencia de Cooperación de Japón y se extendió desde diciembre del año pasado hasta marzo de este año, cuando se presentaron los resultados preliminares. Entre los chicos se hicieron distintos tipos de exámenes clínicos para rastrear la incidencia de un polo construido y levantado hace 80 años sobre una zona de desechos, rellenos y bañados, a poco más de tres kilómetros de la Casa de Gobierno.
Los resultados más críticos del informe son tres:
- Niveles de plomo la sangre.
- Presencia de cromo y arsénico en el suelo.
- La combinación de gases en el aire.
El Centro para Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos es uno de los organismos que marca estándares a nivel internacional sobre contaminación y los niveles tolerables en la salud. De acuerdo a esos parámetros, a partir de los 10 microgramos por decilitro de sangre (ug/dL) se considera que los afectados están en riesgo. Esta es la situación de la mitad de los 150 chicos del Dock Sud. En ese universo, al 19 por ciento se les recomendó monitoreos permanentes con controles médicos y ambientales porque tienen 15 ug/dL. En tres casos, los niveles de plomo superaron los 20 ug/dL, una situación que derivó en internaciones y que fue conocida en abril con los resultados preliminares.
La relación entre el Polo y el plomo fue uno de los indicadores que causó más sorpresas porque, supuestamente, ninguna de las industrias de Dock Sud lo utiliza ahora en sus procesos químicos. Hace cinco años lo usaban las petroleras pero ahora lo reemplazaron por hidrocarburos. Aún así, los hombres que están detrás del informe creen que las empresas pueden haber funcionado como fuente de emisión del plomo encontrado en los chicos: o porque aún siguen usándolo o porque lo tienen depositado en tanques de almacenamiento o porque lo usaron en su momento y ahora los exámenes lo detectan porque ese metal permanece en el cuerpo aún después de años. Una hipótesis distinta es lo que llaman “pasivo ambiental”, es decir, plomo acumulado en el suelo como resultado de viejos procesos de relleno.
“Toda esta zona la usaban las empresas como patio trasero”, dice ahora Máximo Lanzetta, secretario de Política Ambiental de Avellaneda. “Ninguna empresa formalmente dice que usa plomo, el Polo tiene 80 años –sigue–vaya a saber qué cosa se tiró ahí, es muy difícil establecerlo desde acá.” Porque es tan “difícil” hacerlo desde la comuna, el intendente Oscar Laborde promovió ahora la denuncia penal para que lo averigüe la Justicia. “Agotamos toda la instancia administrativa –dice Lanzetta– ahora es necesario que se investigue.”
Tan crítico como ese resultado fue el sondeo sobre los hidrocarburos. En este caso, el monitoreo del aire determinó que existen 15 gases combinados que están permanentemente presentes. Cuando los investigadores tomaban cada uno de los gases en forma individual, los valores no superaban los cánones normales. Sin embargo, la combinación es lo que hace de este aspecto un punto explosivo: “Los gases se metabolizan rápido, en doce horas no se encuentra más nada –explica Lanzetta–, el asunto es que pueden provocar trastornos neurológicas: hay benceno, tolueno y gases que podrían ser cancerígenos”.
La intensidad de la combinación de gases o hidrocarburos en el aire varía, según las conclusiones, de acuerdo con la cercanía al Polo. La zona de Villa Inflamable tiene mayor nivel de persistencia: “Siempre que se midió, estaban”, dice Lanzetta. La intensidad disminuye a partir de los 400 metros, y a unas treinta cuadras, en La Boca por ejemplo, la relación es de 8 a 1. Por este tema, ahora varias empresas están en la mira. Entre ellas Trieco, una de las compañías denunciadas por Greenpeace, dedicada a la eliminación de residuos peligrosos y productora de dos tipos de clorados que aparecieron entre los hidrocarburos medidos.
El último punto crítico es el arsénico. “Los niveles de arsénico –dice el informe– son preliminarmente de cuidado, ya que el nivel de referencia resultó excedido en la totalidad de los predios.” El arsénico no se encontró en sangre sino en el suelo. Como en el caso del plomo, ninguna empresa denunció su uso, sin embargo existe: o fue importado en algún momento como relleno o alguien lo usa en forma ilegal.