SOCIEDAD › SUSTANCIAS PELIGROSAS PARA LA SALUD
Un cóctel que puede ser mortal
Por Alejandra Dandan
¿Cuál es el riesgo del Dock Sud? Desde hace años, los 40 mil habitantes del Docke, tal como mencionan esa pequeña localidad de Avellaneda, saben que viven encima de una bomba. Desde hace años, el Polo Petroquímico es una suerte de amenaza latente para la gente. Ahora, por primera vez, un estudio cruzó los datos ambientales con los epidemiológicos, un tipo de cruce recomendado por los especialistas pero que hasta ahora nunca se había hecho efectivo. Página/12 consultó los datos con Eduardo Ortiz, un ingeniero químico, sanitario, ambiental y especialista en medio ambiente.
“El Polo –dice Ortiz– ya está definido como zona de riesgo.” El Docke tiene demasiadas fuentes de aporte de factores contaminantes y, “obviamente –explica el especialista– las personas receptoras van a recibir la suma de todos los contaminantes”. Los efectos son, explica, individuales y sinérgicos o combinados.
Cuando Ortiz vuelve a pensar en el grado de peligro que representa el Polo para sus vecinos, habla de “alto grado de riesgo”. ¿Qué significa? Que hay sectores más vulnerables como los chicos, los ancianos y los enfermos que “seguro van a quedar con efectos adversos a la salud”. Esos efectos no son pocos: pueden llegar hasta la muerte.
“Las consecuencias pueden ser agudas o crónicas”, dice Ortiz antes de detallar alguna de las patologías con origen en esa zona de alto riesgo. “Los efectos pueden manifestarse en problemas de garganta, dolores de cabeza de cualquier tipo y el plomo, por ejemplo, puede producir hasta una plombenia irreversible que es –aclara– la deposición de plomo en los huesos.” Así como el plomo, el cromo de grado seis puede producir la muerte. En ese cóctel, también existen trastornos irreversibles de tipo neuronal sobre todo en las poblaciones más pequeñas y en un contexto donde por las condiciones de pobreza se suman problemas de mala alimentación y menos defensa frente a los agresores químicos.
La Argentina tiene una deuda pendiente con estos temas. No hay estudios de base con estos datos, las empresas tampoco tienen organismos de control capaces de ejercer esa función. En materia de medio ambiente, dice Ortiz, tampoco existen unidades de coordinación: “En el Polo Petroquímico los niveles tóxicos son una suma de aportes donde se suman las fábricas, la Prefectura con barcos y hasta las empresas que tienen allí hasta un horno incinerador de residuos especiales”.