Sábado, 14 de junio de 2014 | Hoy
SOCIEDAD › DECLARACIONES DEL PAPA AL DIARIO LA VANGUARDIA DE BARCELONA
Habló de “una cultura del descarte” y precisó que “ahora también está de moda descartar a los jóvenes con la desocupación”.
El papa Francisco aseguró ayer que el sistema económico mundial “ya no se aguanta”. En una entrevista concedida al diario español La Vanguardia, el Sumo Pontífice afirmó que en el centro de todo sistema económico debe estar el hombre y la mujer y, en cambio, “nosotros hemos puesto el dinero en el centro, al dios dinero”. El líder de la Iglesia Católica, de 77 años, habló de “una cultura del descarte” y precisó que “ahora también está de moda descartar a los jóvenes con la desocupación. A mí me preocupa mucho el índice de desocupación de los jóvenes, que en algunos países supera el 50 por ciento”, apuntó el papa argentino.
“Por mantener un sistema económico, que ya no se aguanta más, descartamos a toda una generación”, sentenció Francisco, quien denunció que “las grandes economías mundiales sacrifican al hombre a los pies del ídolo dinero”. Además, sostuvo que “hemos caído en un pecado de idolatría, la idolatría del dinero”, por la que se llega a descartar a los jóvenes, con una de-socupación creciente, y a los ancianos, porque “ya no producen”. En declaraciones con un marcado tinte crítico hacia el poder económico mundial, el pontífice alertó también acerca de los peligros de “una globalización mal entendida que anula las diferencias”, frente a una globalización bien entendida que genere riqueza. “Todos unidos, pero cada cual conservando su particularidad, su riqueza, su identidad, y esto no se da”, aseguró.
En esa misma línea, también guardó un segmento para recordar cómo los desequilibrios económicos crearon bolsones de inmensa pobreza en América latina, al recibir ayer a los miembros del Consejo de Administración de la Fundación Populorum Progressio para Latinoamérica. “Cuánto daño hace la cultura del descarte, la economía de la exclusión y la desigualdad. Lo vemos también en América latina, donde los desequilibrios económicos han creado bolsas de inmensa pobreza”, recalcó el Papa.
Esta fundación, creada por san Juan Pablo II en 1992, para gestionar proyectos en Latinoamérica, depende del Pontificio Consejo Cor Unum, que se encarga de las obras de caridad del Papa, quien en su discurso instó a los cristianos a dedicarse a la caridad y a la justicia. “Los fieles laicos están llamados a participar en los ámbitos sociales, económicos y políticos para favorecer procesos que permitan erradicar las causas de la de-sigualdad”, agregó.
Francisco rechazó “la violencia en nombre de Dios” en Medio Oriente o en otras partes ya que, aseguró, “es una contradicción que no se corresponde con nuestro tiempo y lleva a las religiones a contradicciones muy graves”, como por el ejemplo –señaló– al fundamentalismo. “Las tres religiones tenemos nuestros grupos fundamentalistas, pequeños en relación con todo el resto”, añadió el pontífice, subrayando que el fundamentalismo tiene una naturaleza violenta.
“Para mí, la gran revolución es ir a las raíces, reconocerlas y ver lo que esas raíces tienen que decir el día de hoy”, observó Francisco en la entrevista cuando se le preguntó si era o no un revolucionario. “No hay contradicción entre revolucionario e ir a las raíces. Más aún, creo que la manera para hacer verdaderos cambios es la identidad. Nunca se puede dar un paso en la vida si no es desde atrás, sin saber de dónde vengo, qué apellido tengo, qué apellido cultural o religioso tengo”, sostuvo Jorge Bergoglio.
El Papa también se refirió a la relación de la Iglesia Católica con otras religiones. Durante la entrevista, ofreció su visión sobre el antisemitismo y criticó a quienes niegan el genocidio nazi. “No sabría explicar por qué se da, pero creo que está muy unido, en general, y sin que sea una regla fija, a las derechas. El antisemitismo suele anidar mejor en las corrientes políticas de derecha que de izquierda, ¿no? Y aún continúa. Incluso tenemos quien niega el Holocausto, una locura.”
Francisco también se comprometió a abrir los archivos del Vaticano sobre el Holocausto. “En este tema lo que me preocupa es la figura de Pío XII, el papa que lideró la Iglesia durante la Segunda Guerra Mundial. Al pobre Pío XII le han tirado encima de todo. Pero hay que recordar que antes se lo veía como el gran defensor de los judíos. Escondió a muchos en los conventos de Roma y de otras ciudades italianas y también en la residencia estival de Castel Gandolfo. Allí, en la habitación del papa, en su propia cama, nacieron 42 nenes, hijos de los judíos y otros perseguidos allí refugiados. No quiero decir que Pío XII no haya cometido errores –yo mismo cometo muchos–, pero su pápel hay que leerlo según el contexto de la época”, dijo.
“¿Era mejor, por ejemplo, que no hablara para que no mataran más judíos o que lo hiciera? También quiero decir que a veces me da un poco de urticaria existencial cuando veo que todos se la toman contra la Iglesia y Pío XII y se olvidan de las grandes potencias. ¿Sabe usted que conocían perfectamente la red ferroviaria de los nazis para llevar a los judíos a los campos de concentración?”
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