SOCIEDAD › PROGRAMA NACIONAL PARA PREVENIR EL HIV EN ADICTOS

Para que el daño sea menor

El Ministerio de Salud impulsa en todo el país la estrategia de “reducción de daños” para usuarios de drogas endovenosas. Consiste en el recambio de jeringas y la entrega de preservativos.

 Por Pedro Lipcovich

Se puso en marcha para todo el país la estrategia de “reducción de daños” para prevenir la transmisión del VIH/sida entre usuarios de drogas endovenosas. El criterio básico es, sin exigir que la persona abandone el consumo, evitar en lo posible sus consecuencias nocivas; un recurso clásico es el recambio controlado de jeringas. En la Argentina, el Ministerio de Salud ya venía avalando experiencias de este orden en varios centros urbanos, y hace pocos días los directores de programas de sida de todo el país se reunieron con la Red Argentina de Personas Viviendo con VIH/sida, no para enseñarles sino para aprender cómo llevar la prevención a las comunidades en riesgo. El ministro de Salud presentará ante la Asamblea de las Naciones Unidas el plan, que es avalado por organizaciones internacionales. La Argentina es el país de América Latina con más casos de transmisión del virus por compartir jeringas contaminadas. Los voluntarios de la Red, en diálogo con Página/12, advirtieron que también el abuso de drogas no inyectables propicia conductas de riesgo, y denunciaron la falta de distribución de preservativos en lugares tan importantes como el conurbano bonaerense.
Gabriela Hamilton, titular del Programa Nacional de Sida, destacó que “en la reunión con la Red de Personas Viviendo con VIH/sida participaron todos los directores de programas provinciales de sida del país: procuramos generar estrategias comunes, superando las grandes diferencias culturales entre las regiones”. Entre estas diferencias están las de género –cuanto más subordinada sea la posición de la mujer, más difícil le será negociar el uso de preservativo- y la incidencia y actitud de la Iglesia Católica, opuesta en principio a esta forma de prevención.
Rubén López, miembro de la Red, subrayó que “nuestros agentes de salud trabajan haciendo contacto con pares; el mundo de los usuarios de drogas inyectables es marginal aun dentro de lo marginal. Hay que buscar líderes en cada lugar, no puede ir alguien de afuera porque no lo van a tomar en cuenta, y por eso el trabajo es lerdo, de a poco, uno por uno”.
La tarea incluye la entrega de kits que incluyen jeringas y preservativos. Parte de la financiación proviene de un fondo especial de las Naciones Unidas, de Onusida (dependiente de la Organización Mundial de la Salud) o del Banco Mundial.
En la Argentina, de entre los enfermos mayores de 12 años, el 40 por ciento tiene como antecedente el uso de drogas inyectables. En la Ciudad de Buenos Aires, de 6253 casos de sida notificados, el 37 por ciento se infectaron por esa vía; en Rosario, el 34 por ciento. A estos porcentajes habría que añadir el de las parejas de usuarios, contagiadas por vía sexual. “Muchas mujeres recién se enteran de que se infectaron cuando se separan o cuando el marido, usuario de drogas endovenosas, enferma de sida o fallece”, advirtió Marcela Alsina, de la Red de Personas Viviendo con VIH/sida.
Alsina estimó también que “en la Argentina, gran parte de la trasmisión del VIH se relaciona con el uso de drogas por vía no endovenosa, por ejemplo el alcoholismo: muchos adolescentes se emborrachan y tienen sexo con una chica que también se ha emborrachado y, aunque tenga forros en el bolsillo, no los va a usar. Tal vez habría que reexaminar los proyectos de reducción de daños en función de este perfil de nuestro país, ya que no es fácil que estas personas tengan acceso a lugares donde esas conductas adictivas puedan ser contenidas sin represión ni judicialización”.
También la Asociación de Mujeres Meretrices Argentinas (AMMAR) participa en la movida por la reducción de daños. “Con las compañeras insistimos mucho en que, especialmente cuando trabajan, no consuman ningún tipo de droga, ya que cuando una persona tiene alguna de estas sustancias en el organismo está en peores condiciones para negociar el uso de profiláctico”, comentó Elena Reynaga, titular de la entidad.
Ginés González García, ministro de Salud de la Nación, se reúne hoy con ONGs que trabajan en VIH/sida. El próximo lunes, ante la Asamblea Generalde la ONU –donde los distintos países expondrán sobre el grado de cumplimiento de las metas sobre VIH/sida–, mencionará “el fortalecimiento de la política de reducción de daños” entre los compromisos cumplidos por la Argentina.

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El programa es, sin exigir que la persona abandone el consumo, evitar sus consecuencias nocivas.
 
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