Por primera vez, un perro pudo viajar en la cabina de un avión, junto a su dueña, en lo que fue el estreno del servicio de Mascotas en Cabina (PETC) de Aerolíneas Argentinas, el mismo que la presidenta Cristina Fernández anunció a fines de diciembre y que entró en vigencia ayer mismo. El primer beneficiario fue Robertino Loco McKein, un caniche toy negro de poco más de un año y cinco kilos de peso que acompañó a su humana, Silvia Dara, en el vuelo matutino de Buenos Aires a Chapelco. “Es la primera vez que va a viajar en avión y espero que se porte bien. Generalmente es tranquilo, no ladra, por lo que no creo que molestemos a los restantes pasajeros”, se esperanzó Dara a poco de abordar la nave y mientras llevaba todavía a upa a Bubu, como llaman en confianza a Robertino. En la cabina, sin embargo, la mascota debió permanecer dentro de una pequeña jaula, tal como indica el reglamento del nuevo servicio.

La posibilidad de que un pasajero viaje acompañado en la cabina por su mascota, sea perro o gato, está supeditada a una serie de condiciones, entre las cuales se encuentra la necesidad de reserva previa. El servicio sólo se aplica a tramos de cabotaje, y se pide “únicamente a través del call center” y con una anticipación de 72 horas, señala el reglamento de Aerolíneas Argentinas. Por el pasajero animal se paga un cargo extra a determinar, porque “las tarifas a aplicar son por tramo y su valor depende del destino del viaje”.

Ayer, poco antes de las 10.30, Dara llegó a los mostradores de Aerolíneas Argentinas con Bubu, con tiempo para realizar los trámites previos a embarcar en el vuelo AR 1614, que despegaba a las 11.20 rumbo a Chapelco. Dara, que se prestó sin inconvenientes a los pedidos de fotos y retratos con la mascota beneficiada por la novedad, explicó que viaja “con mucha frecuencia al sur”, porque vive parte del año en Buenos Aires y otra parte, en San Martín de los Andes. “Viajar en auto es sumamente complicado, tantos kilómetros, por lo que esta decisión de Aerolíneas es muy positiva”, se congratuló. “Celebro que la hayan tomado porque nos resuelve la situación a muchos que, como yo, viajamos con mascotas”, agregó.

En parte, Bubu también pudo disfrutar del vuelo gracias a su tamaño pequeño. El reglamento de Aerolíneas Argentinas estipula que, para viajar, “los cachorros deben tener más de 45 días de vida”, “el peso máximo permitido a transportar por animal, con contenedor incluido, será de 11 kilos” y todos los animales deben “contar con un certificado de salud, extendido por un profesional veterinario matriculado, tener al día la vacuna antirrábicaa, y ser desparasitado interna y externamente”. También pueden ser usuarios del servicio las razas de perros y gatos braquicefálicos, es decir, aquellas de individuos con morro achatado y cráneo pequeñito, como los boxer, pekineses, shar pei en el caso de los perros, y persas, himalayos, y de Birmania, en el caso de los gatos. Un pasajero no podrá llevar más de una mascota en la cabina; en un mismo vuelo, no podrá haber más de cuatro animales acompañando a sus dueños, uno en Club Economy y tres en clase turista. Tal como sucede hasta ahora, los perros lazario podrán seguir viajando en cabina a los pies del pasajero a quien guían, y sin necesidad de estar en una jaula.

En el Aeroparque Jorge Newbery, una pasajera que viajaba sin su mascota pero conoció la novedad se congratuló por el cambio. “Una mascota es parte de la familia, y mandarlo en la bodega es como si pusiésemos a un hijo en una jaula y lo despachásemos. Al menos así lo siento yo, por lo que me pone sumamente contenta esta nueva disposición. Ojalá que esto sea el puntapié inicial para que se tomen otras medidas acorde a ésta, como permitir ingresar mascotas en estaciones de servicio, en restaurantes y otros lugares a los que en estos momentos el ingreso está vedado”, deseó.

La posibilidad de que los pasajeros viajen junto con sus mascotas fue valorada por veterinarios, quienes coincidieron en los beneficios para las mascotas respecto a comodidad y salud.