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Presente aún en carros y viejos camiones, el fileteado se resiste a morir. Rescatarlo de la agonía es el propósito que persigue un concurso sobre esta tradicional expresión, que organiza la Dirección de Museos porteña: los artistas que practiquen esta técnica podrán manifestarse en las fachadas de seis casas del barrio de Abasto, vecinas a la que fue hogar de Carlos Gardel, en una cuadra de la calle Jean Jaures, entre Zelaya y Tucumán.
Se trata del Primer Concurso sobre Fileteado Porteño, que se lanzará mañana a las 19, en la Casa Museo Carlos Gardel. Los vecinos del Abasto formarán parte del jurado y además prestarán los frentes de seis edificaciones para que los artistas puedan representar sus trabajos. “Queremos rescatar una forma muy tradicional de expresión popular, para que no muera. Sería muy bueno que después de este certamen, el fileteado se imponga como una moda que adorne las fachadas de las casas de la ciudad”, consideró la directora general de Museos, Mónica Guariglio.
El lanzamiento del concurso servirá también como presentación del libro “Buenos Aires y el Fileteo”, una investigación que realizó Alfredo Genovese, unos de los pocos especialistas que todavía trabajan con esta técnica pictórica. De acuerdo con las bases, los planos de los diseños que se realizarán sobre las fachadas podrán presentarse entre el 22 de octubre y el 14 de noviembre en el museo. Cuatro días después se hará una preselección de los proyectos y el 26 se iniciarán las tareas, que deberán concluir el 10 de diciembre, un día antes del natalicio del Zorzal.
La iniciativa surgió por una propuesta que formularon los vecinos del Abasto nucleados en el Centro de Participación y Gestión a la Dirección de Museos de la Ciudad, preocupados por mantener una manera de expresión que supo ser orgullo de esa barriada. “Durante muchos años, viviendas, comercios, puestos ambulantes, carromatos y hasta colectivos que transitaban por la ciudad, estaban adornados con filetes. El Abasto estaba colmado de estos dibujos, pintados en las paredes y los frentes de las viejas casas chorizo que formaban parte del estilo edilicio característico que poseía el barrio. Sus habitantes quieren recuperarlo, por eso impulsaron este concurso”, contó la funcionaria.
La Dirección de Museos se encargará de realizar un trabajo de fondeado sobre las fachadas de las casas donde trabajarán los artistas plásticos. El trabajo ganador obtendrá un premio de mil quinientos pesos. Las edificaciones donde trabajarán los artistas respetan el estilo arquitectónico propio de las casas chorizos. Sus propietarios, en tanto, se comprometen a mantener las ilustraciones hasta el 22 de febrero del 2005. Y todos los derechos referidos a la difusión de los dibujos quedarán bajo reserva de las autoridades porteñas.
“En Buenos Aires quedan muy pocos artistas que trabajen con esta técnica. Casi no existen lugares donde aprender a filetear. Los dibujos de este estilo se dejan ver difusos en algunos carros y camiones. Este es un esfuerzo para recuperar una manifestación popular tan porteña como el tango”, subrayó Guariglio.