En la causa por el femicidio de Chiara Páez, de 14 años, los fiscales confirmaron que el novio de la chica, que tiene 16, “en su relato se manifestó como autor del hecho” al declarar ante el juez de Menores Javier Prado. En su declaración, el joven sostuvo que comenzó a golpearla luego de una discusión que “no tuvo relación con el embarazo reciente (de ocho semanas) de la chica”, según dijeron en conferencia de prensa los fiscales Alejandro Sinópoli y Mauricio Clavero. El confeso autor material admitió que la golpeó primero “a mano abierta” y luego “con los puños”, pero negó haberla atacado con un arma blanca. De ese modo, no se hizo responsable de un corte que la víctima tenía en el cuello, según determinó la autopsia. Aunque el chico aseguró que es “el único responsable” de lo sucedido, los fiscales aclararon que seguirán por ahora detenidos su madre, el marido de ella y los abuelos maternos, porque hubo “algunas incoherencias” en el relato que hizo el principal imputado durante la reconstrucción del hecho, que se hizo ayer en la casa familiar donde ocurrió el femicidio.

De acuerdo con la autopsia, el cuerpo de la joven, que había sido enterrado en un pozo, en el patio de la vivienda de la calle San Martín al 800, de la ciudad de Rufino, donde el novio de Chiara vivía con su familia, presentaba golpes en la cara y en la cabeza, además de un corte pequeño en el cuello. Los cuatro familiares del chico siguen detenidos en la Unidad Regional XVIII de Melincué; trascendió ayer que el padrastro fue boxeador en su juventud, lo que generó especulaciones periodísticas que no merecieron la consideración de los fiscales.

En la conferencia de prensa, el fiscal regional 3 de Venado Tuerto, Alejandro Sinópoli, y su adjunto Mauricio Clavero, reconocieron que tenían dudas sobre lo dicho por el novio de Chiara, en el sentido de que fue el único responsable del crimen. Sinópoli dijo que en la reconstrucción hubo contradicciones por parte del adolescente de 16 años, sobre todo respecto de la posición en la que había dejado a su novia dentro del pozo que se hizo en el patio de la casa. Los fiscales admitieron que analizan la posible existencia de al menos “un partícipe necesario”.

Por esa razón, indicaron, “se sostienen las detenciones de los mayores y pedimos una nueva audiencia imputatoria”, en 48 horas, ante la jueza de la Investigación Penal Preparatoria, Lorena Garini, para extender la detención de los cuatro adultos y poder preparar la acusación. Clavero apuntó que están “intentando establecer las responsabilidades penales y niveles de participación”.

Agregó que el adolescente “quedó a disposición del juzgado de Menores de Venado Tuerto”, a la vez que insistió en que el novio de Chiara “confesó su situación sobre la autoría del hecho”. La reunión de prensa se hizo horas después de la reconstrucción del femicidio, que se realizó en base a los dichos del adolescente involucrado.

Sinópoli y Clavero dijeron que fue hallado parte del teléfono celular de la víctima. Estaba tirado en el predio del Club San Martín, donde los fiscales hicieron una recorrida. Allí encontraron sólo la carcaza del aparato, sin el chip, un elemento considerado “una evidencia importante” en la causa. Ante una consulta, Clavero negó que la adolescente de 14 años haya sido “enterrada viva”, como dijo una de sus tías.

Fuentes judiciales precisaron que cuando se reconstruyó el hecho, en la vivienda de la calle San Martín, el joven de 16 años cavó el pozo “con mucha rapidez, en apenas media hora”. Agregaron que los golpes recibidos por la víctima, constatados en la autopsia, “no son coincidentes, en un todo, con el relato que hizo el joven”. La sospecha es que, además de los golpes de puño, se habría utilizado algún objeto contundente.

En la casa del novio se secuestraron palas, ropa de la víctima y un colchón manchado con sangre que está siendo analizado. Todavía no está confirmado si la agresión a golpes se produjo en el interior de la vivienda y, una vez fallecida, Chiara fue llevada al patio donde se cavó el pozo de 80 centímetros en el que fue sepultada.

Mientras se realizaba la reconstrucción del femicidio, los restos de la adolescente Chiara Páez eran inhumados en el cementerio de Rufino, previo responso en la parroquia Santísima Trinidad. Un centenar de personas, entre familiares y amigos, participó de la ceremonia. Tanto en el velatorio, como en el sepelio, las amigas de Chiara comentaron que ella pensaba hacerse esta semana los primeros análisis para confirmar su embarazo de ocho semanas, precisión que fue dada por los médicos que realizaron la autopsia.

La madre de Chiara tenía conocimiento del posible embarazo y le había dado su total apoyo. Lorena, la hermana de Chiara, además de reclamar justicia, manifestó su total convencimiento de la autoría del novio y de la complicidad de la familia de él. “Mi hermana fue a la casa de él y él, en vez de confirmar eso, mintió que se habían separado cuando ella estaba a una cuadra” de la casa de la familia Páez.

Fabio Páez, el papá de Chiara, quien permaneció largos minutos aferrado al féretro donde estaba su hija, insistió en que “los que estaban en la casa (la noche del crimen) saben perfectamente lo que pasó. No puedo decir que ellos la mataron también, pero sí es seguro que fueron cómplices y que trataron de ocultar el crimen”. El padre recordó, además, que “tanto el chico, como su familia se estuvieron burlando de nosotros cuando nos llamaban para saber si la habíamos encontrado”, luego de la denuncia por la desaparición de la chica, el domingo pasado a la 1.30 de la madrugada.