Viernes, 11 de septiembre de 2015 | Hoy
SOCIEDAD › CONFIRMARON EL DESCUBRIMIENTO DE HUESOS DEL HOMINIDO QUIZA MAS ANTIGUO, EN SUDAFRICA
En la estrecha cámara de Dinaledi, en una gruta en Sudáfrica, hallaron 1500 huesos de un grupo de homínidos. No fueron aún fechados. Podrían ser los ejemplares más antiguos. Guardan marcas de actividad en tierra, pero también en árboles.
Una antigua especie humana clasificada dentro del género Homo salió a la luz en una gruta de Sudáfrica, donde fueron exhumadas las osamentas de 15 homínidos. Todas presentaban una morfología homogénea, aunque todavía no fueron datadas. El descubrimiento en Maropeng del Homo naledi, nuevo primo lejano del hombre moderno, se produjo hace dos años y se dio a conocer recién el jueves. En una estrecha cueva, a la que sólo los investigadores de cuerpo menudo consiguieron entrar, fueron encontrados más de 1500 huesos pertenecientes a bebés, adultos jóvenes y personas mayores. Todo un desafío para la ciencia, la especie presenta tanto características propias de los homínidos modernos como de los antiguos.
Un equipo internacional de científicos describió por primera vez al Homo naledi, un nuevo homínido con rasgos de Australopithecus y que podría ser el ejemplar más antiguo del género Homo. Descubierto en 2013 en la cámara Dinaledi de la cueva Rising Star, cerca de Johannesburgo, los restos de Homo naledi (“estrella” en sesotho, una lengua sudafricana) convierten este rico yacimiento arqueológico de la Cuna de la Humanidad, patrimonio mundial de la Unesco, en un tesoro paleontológico.
“Estoy feliz de presentarles a una nueva especie del género humano”, declaró Lee Berger, de la Universidad de Witwatersrand de Johannesburgo. “El Homo naledi es un mosaico de caracteres: tiene un tronco con forma de embudo, no de barril como el de los hombres actuales sino parecido a una pirámide, propio del Australopithecus o de los simios actuales como el chimpancé”, contó Markus Bastir, del Museo Nacional de Ciencias Naturales de España. “Tenía un cerebro pequeño del tamaño de una naranja, un cuerpo muy esbelto, medía en promedio 1,5 metro y pesaba unos 50 kilos”, declaró a su turno John Hawks, doctor de la Universidad de Wisconsin-Madison. “Algunos aspectos del Homo naledi, como sus manos, sus muñecas y sus pies, están muy próximos a los del hombre moderno. La forma de la parte superior de su cuerpo se aproxima a la de un grupo prehumano”, explicó por su parte el profesor Chris Stringer, del Museo de Historia Natural de Londres.
Este descubrimiento permitiría conocer más sobre la transición, hace unos 2 millones de años, entre el Australopithecus primitivo y el primate del género Homo, nuestro antepasado directo. “La mezcla de características del Homo naledi destaca una vez más la complejidad del árbol genealógico humano”, consideró Stringer. “Las manos, con dedos muy curvados, permiten suponer que tenía capacidad de manejar útiles. Sus largas piernas indican que estaba hecho para caminar durante mucho tiempo. Los dedos son curvos, lo que significa que estarían adaptados para vivir en los árboles y en la tierra. Es prácticamente imposible distinguir sus pies de los de un hombre moderno”, precisa un comunicado conjunto de la Universidad de Wits, la National Geographic Society y el Ministerio de Ciencia sudafricano.”
¿Por qué los fósiles se encontraban en esta cámara de difícil acceso? “Imaginamos varios escenarios, la posibilidad del ataque de un carnívoro desconocido, una muerte accidental o una trampa”, explicó Berger. “Hasta ahora pensábamos que el uso de ritos funerarios era exclusivo del Homo sapiens, que apareció hace unos 200 mil años. Pero esta práctica atestigua un comportamiento complejo para una especie humana ‘primitiva’”, destacó Stringer.
En diálogo con Página/12, el licenciado Germán Giordano, del Departamento de Antropología y Paleontología del Museo Provincial de Ciencias Naturales Dr. Angel Gallardo de Rosario, dijo que “la noticia nos llegó justo cuando estábamos elaborando un guión museológico para la temporada 2016, que abarca todo el proceso de hominización. La ciencia siempre nos depara nuevos descubrimientos, esto es una actualización constante. Hace un tiempo se halló un cráneo y se tuvo con él la casi certeza de que era el homínido más antiguo, fechado en cerca de 6 millones de años. Hasta que dimos con el Australopithecus, que significa ‘monos del sur’: al primero se lo llamó Lucy, por el tema de los Beatles (‘Lucy in the sky with diamonds’)”.
Acerca de la posibilidad de que haya habido convivencia entre dos ancestros distintos, “la coincidencia de tener vida arbórea y andar erecto revela indicios de cómo habría sido la vida en ese momento”, afirma el arqueólogo. “Por ejemplo, la cintura pélvica es más angosta y alta en los monos; a medida que la evolución progresaba, la adaptación del canal de parto fue fundamental en las mujeres para poder dar a luz.”
“El descubrimiento es extraordinario”, dice Giordano. “Pero mi sensación es que estamos a la espera de más hallazgos. Cuando más atrás vamos, más joyitas vamos a encontrar para dar con ‘el eslabón perdido’. Es una linda pelea que se da todo el tiempo. Aún queda mucha tela para cortar.”
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