SOCIEDAD › ENTRó EN VIGENCIA LA DONACIóN DE SANGRE VOLUNTARIA Y QUE NO DISCRIMINA SEGúN SEXUALIDAD

Un modelo basado en la solidaridad

Con la firma de tres resoluciones, el ministro de Salud puso en vigencia el sistema nacional “seguro, solidario e inclusivo”, que no impide la donación a la diversidad sexual y no exige la reposición a quien necesite transfusiones.

Desde ayer, en Argentina la donación de sangre es voluntaria y no excluye donantes en base a preguntas sobre su vida sexual. En las resoluciones 1507, 1508 y 1509 firmadas ayer por el ministro de Salud de la Nación, Daniel Gollan, la cartera nacional dispone para los centros de salud de su jurisdicción un “sistema nacional de sangre seguro, solidario e inclusivo”, que elimina la exigencia de reponer sangre en caso de que un paciente precisara transfusiones y también la discriminación institucional a personas de la diversidad sexual, que están impedidas de donar (algo que establecía la resolución 865/2006). “A partir de estas medidas, la sangre en Argentina va a ser más segura de lo que ya era”, dijo Gollan, durante el acto, compartido con el secretario de Derechos Humanos, Martín Fresneda; el interventor del Inadi, Pedro Mouratian; el presidente de la Fundación Huésped, Pedro Cahn, y los responsables de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) y 100% Diversidad y Derechos, que trabajaron sobre las modificaciones con el Ministerio.

La decisión del cambio de modelo de donación de sangre “está avalado científica y técnicamente”, además de “basado en un criterio sanitario que sustituye al viejo concepto de ‘grupos de riesgo’ por la cuestión real de situaciones de riesgo incrementado”, explicó el ministro, en referencia a la reglamentación anterior. En la resolución derogada, que reglamentaba la Ley 22.990, las mujeres que hubieran mantenido relaciones sexuales con varones que, a su vez, hubieran tenido sexo con varones, y los varones que hubieran tenido sexo con varones no tenían permitido donar. El dato de sus actividades sexuales se obtenía de un formulario que indagaba sobre las prácticas para definir esos “grupos de riesgo”.

En cambio, desde ayer, el donante podrá referir de manera confidencial situaciones de riesgo incrementado a las que haya podido haber estado expuesto, para alertar al respecto a las autoridades sanitarias. La ficha de donación incluye un formulario de “autoexclusión confidencial”, que, tras la extracción de sangre, señala: “Ud. ya donó sangre. Si se sintió obligado a hacerlo por alguna circunstancia, si no contestó sinceramente las preguntas, si piensa que su sangre puede no ser segura, marque con una cruz” en el recuadro que indica “no usen mi sangre”.

Quienes donen recibirán, además, información específica sobre la Ley Nacional de Sangre vigente –según la cual la donación es “un acto voluntario y desinteresado”–, cómo funciona el sistema, recomendaciones sobre cómo proceder post donación y el recordatorio de que “para dos de las hepatitis, la A y la B, existen vacunas y el Estado las administra gratuitamente”.

“Hay dos derechos: el derecho a donar sangre y el derecho a recibir sangre segura. Necesitamos incrementar la donación a como dé lugar. En todo el mundo está demostrado que la sustentabilidad de los programas de sangre se garantiza con donantes voluntarios, solidarios y frecuentes”, explicó a este diario el subsecretario de Políticas, Regulación e Institutos del Ministerio de Salud, Pablo Kohan. El funcionario subrayó que “el modelo compulsivo de donación atenta contra el derecho de acceso a la salud y tampoco es un buen modelo en términos de sustentabilidad del sistema”, mientras que el modelo de donantes voluntarios garantiza frecuencia en la donación, “y eso garantiza mejor cantidad de personas comprometidas y dispuestas”. En cambio, además, “la donación compulsiva es esporádica”.

Hasta antes de la entrada en vigencia de las nuevas resoluciones, el sistema nacional de sangre registraba “un 40 por ciento de donantes voluntarios y frecuentes”. “Con este modelo solidario (al que también deberán ratificar su adhesión los Estados provinciales), apelamos al ejercicio ciudadano, y a evitar que los donantes sean coercionados, porque es muy frecuente que a un paciente se le advierta, por ejemplo, que no se lo operará si previamente no consigue una cantidad determinada de donantes. Eso promovía la discriminación, porque en el modelo basado en paradigma de ‘grupos de riesgo’, había gente que o no podía donar o se veía obligada a mentir para poder hacerlo”.

La medida fue celebrada por activistas de la diversidad sexual. En un comunicado, la CHA y 100% Diversidad y Derechos, que colaboraron con el equipo de Gollan para el cambio de la normativa, dieron la bienvenida al “fin de la histórica prohibición con la que se deja atrás el más importante vestigio de desigualdad que estigmatizó a la diversidad sexual en Argentina”. “Era inadmisible que para la donación de sangre aún persistiera la histórica discriminación por orientación sexual”, señaló el secretario de 100% Diversidad y Derechos, Martín Canevaro. Por su parte, el presidente de la CHA, César Cigliutti, subrayó que las nuevas medidas sirven también “para que quede claro que la transmisión del VIH se hace a través de un virus y no de la orientación sexual”.

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La sangre en Argentina será “más segura de lo que ya era”, dijo el ministro Gollan; a la derecha, César Cigliutti.
Imagen: Rafael Yohai
 
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