Ante el reclamo por agua potable que habitantes de las villas de la Ciudad de Buenos Aires plantearon el miércoles pasado frente a la sede de AySA, su director de Prensa, Diego Muñiz, aclaró que “la posibilidad de encarar esas obras no depende de la empresa”: cuando el gobierno porteño ejecute un sistema de urbanización en esos barrios, explicó, “nosotros tendremos entonces las condiciones técnicas adecuadas para proyectar un entramado de cañerías y brindar el servicio requerido”. Muñiz informó que a raíz de la protesta mantuvo “una reunión con Claudio Lozano y con los organizadores de la marcha, y la misma fue en muy buenos términos”. Según contó, en esa reunión explicó a los miembros del Frente de Organizaciones Salvador Herrera (CTA) que “simplemente no están dadas las condiciones técnicas para brindar el servicio de agua potable porque no hay un marco regulatorio para ello, no es algo que dependa de la empresa”. El representante de AySA detalló que las calles en las villas “no nos permiten diseñar un entramado, porque una calle debe tener como mínimo un ancho de 6 metros para poder instalar cañerías subterráneas para agua y cloacas”. Asimismo, ante el pedido de los manifestantes que exigieron agua envasada en barrios “donde no se garantice el suministro continuo”, Muñiz dijo que “la empresa no puede suministrar agua por manguera a cada uno de los habitantes de los barrios; sí lo hacemos a través de camiones cisterna. Incluso en algunas villas instalamos cuatro bocas de suministro de agua potable; así y todo entendemos que no es lo ideal que la gente deba llevar esa agua en baldes a su casa”.