SOCIEDAD › EL CINE PORNO NORTEAMERICANO DEBATE EL USO DEL PRESERVATIVO

Una polémica condicionada

Tras la detección de dos casos de sida entre sus estrellas, la industria del cine porno entró en pánico. Pero mientras las autoridades gubernamentales promueven el uso del condón en las tomas, los actores lo rechazan: cobran más sin protección.

La industria del cine porno en California se convirtió en una verdadera “cuestión de Estado” durante los últimos días. La detección del virus VIH en un actor y en una actriz recalentó los sets de filmación y abrió el debate: mientras las autoridades sanitarias de California impulsan el uso del preservativo durante las grabaciones, los actores se resisten a la protección. ¿La razón? El dinero. Es que los protagonistas de las películas porno reciben montos más abultados si optan por el riesgo. Distinta es la posición de los productores del porno gay: llegaron a difundir un comunicado en el que defienden fervientemente las filmaciones con condón. Ellos ya conocen las consecuencias del impacto en esta industria de la ausencia de forros: la mitad de los actores del cine porno gay es portador del virus del sida.
Mientras continúa la polémica, la mayoría de las productoras pornográficas siguen fieles a su suspensión voluntaria de los rodajes durante 60 días, a modo de cuarentena para limitar la propagación del virus y una posible epidemia. La medida alcanza a unos 45 actores que aguardan expectantes los resultados de los estudios para saber si existen más casos con VIH.
Las productoras de cine porno decidieron suspender las tomas, después de conocer al primer afectado, con el nombre artístico de Darren James. La Fundación para el Cuidado Médico en la Industria del Cine para Adultos, organismo autorregulador del medio, identificó a las doce actrices que trabajaron con James desde su contagio, ocurrido supuestamente en Brasil. De ellas, una conocida como Lara Roxx, resultó VIH positiva. Pero a la lista de posibles infectados hay que sumar los 22 actores porno que trabajaron con las doce actrices y los compañeros sexuales de todos ellos.
Sin embargo, la alarma que produjo los contagios no fue suficiente para acordar la utilización del preservativo de ahora en más. “El problema básico es que a nuestro público no le gusta ver preservativos”, resumió el productor de films pornográficos Mark Kulkis, presidente de la compañía Kick Ass (en español, algo así como “Patada al Culo”). Pero también hay una segunda razón más fuerte: el uso del condón puede marcar la diferencia entre los 500 y los 5000 dólares de sueldo por jornada de trabajo. Es que aun cuando algunos de los grandes estudios en esta industria, como Vivid, mantienen desde hace más de seis años una política que obliga al uso de preservativos, siguen siendo numerosas las firmas que pagan más por practicar sexo de riesgo.
Desde que se difundieron los dos casos de actores afectados, el estado californiano no hace más que emitir declaraciones a favor del uso del condón. Las autoridades ven a esta protección como “una necesidad laboral, que garantice la seguridad en el lugar de trabajo, como en cualquier otro empleo”. “No te imaginás a un empleado de la construcción en su trabajo sin casco”, comparó paradójicamente Peter Kerndt, director del Programa de Enfermedades de Transmisión Sexual del Departamento de Salud del condado de Los Angeles. Los productores del mundillo porno consideraron “inaceptable” la comparación y explicaron que la relación con sus actores no es de empleados, sino de libre contrato. Incluso, de continuar el conflicto, algunas productoras amenazan con abandonar Los Angeles e irse a otro estado a trabajar, lo que ocasionaría pérdidas millonarias para el glamoroso condado de “las grandes estrellas”.
De todos modos, el gobierno de California no está solo en su lucha. En reuniones celebradas la última semana con las autoridades sanitarias californianas, el sector “gay” del cine porno ha subrayado su casi total dedicación a trabajar con preservativos en los rodajes de sus películas. “No queremos glorificar actores o productoras que producen films que presentan un comportamiento sexual de riesgo, como el sexo sin preservativo”, señaló en un comunicado la compañía Titan Media, una de las principales del mercado homosexual. En la industria gay, el uso de preservativos terminó siendo una norma voluntaria a finales de 1980, cuando la epidemia del sida se cobró un mayor número de muertes entre la comunidad homosexual. En el resto del cine pornográfico, su uso no pasa del 17 por ciento de las producciones.
“Sabía que era peligroso pero intenté olvidarme porque había venido a California para ganar dinero”, confesó Lara Roxx, una de los dos infectados con el virus, tras participar de una toma de sexo explícito sin preservativo. La mujer había llegado desde Canadá hacía tres meses para acoplarse al cine para adultos. James, el otro actor infectado, es conocido por trabajar en el cine “gonzo”, en el que todo vale y promociona comportamientos de riesgo.
Sin embargo, las productoras de cine porno dirigido al público homosexual siguen en su postura. “Como ocurre con la mayor parte de los gays en la vida real, asumimos que todo el mundo es VIH positivo y actuamos de acuerdo con esa creencia”, enfatizó Keith Webb, responsable de Titan. La compañía, número uno en ventas en el mercado homosexual, fue más lejos y anunció que no contratará a actores que tomen parte en producciones que rueden sin preservativo, una práctica conocida popularmente como bareback (a pelo). “Este género vende como erótico un comportamiento de riesgo”, afirmó la empresa.
Existen productoras que incluyen en el contrato una cláusula exigiendo el resultado negativo de esta prueba en los 30 días anteriores al rodaje.
El director de Salud Pública de Los Angeles, Jonathan Fielding, aseguró que la única manera de prevenir el sida “es no tener relaciones sexuales sin protección”. Pero el debate divide a las productoras.
Informe: Maricel Seeger.

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