SOCIEDAD › LOS CHICOS ISRAELIES QUE HABLAN ESPAÑOL "ARGENTINO" SIN HABERLO ESTUDIADO
Castellano de telenovela
Profesores de español en Israel observan asombrados cómo muchos adolescentes saben hablar castellano sin haberlo estudiado nunca, gracias a las telenovelas. Y lo hacen en la variedad argentina. Los chicos reclaman que en las escuelas se enseñe más español.
Por Andrea Ferrari
Los profesores de español en Israel empezaron a observar en los últimos años un extraño fenómeno: llegaban a sus cursos alumnos jóvenes, en su mayoría chicas adolescentes, que sabían hablar con cierta fluidez, pero no habían tomado una sola clase de español en sus vidas. Casi siempre utilizaban la variedad argentina, con el “vos” y el yeísmo incluidos. Lo que parecía un misterio se fue develando de a poco: habían aprendido castellano viendo telenovelas argentinas. El fenómeno, que empieza a estudiarse a nivel académico, viene acompañado por un aumento del interés por el español en todo el país y una presión de los estudiantes secundarios para recibir más clases de esta lengua. Tanto es así, que en un canal de televisión están a punto de lanzar un programa con formato de telenovela y actores argentinos para aprender español.
Es sabido que las telenovelas argentinas tienen un éxito rotundo en Israel. En particular las dirigidas al público adolescente, como Rebelde way o Rincón de luz, generan un verdadero fanatismo y en cada visita los elencos son asediados por hordas de chicos en éxtasis. Los protagonistas de estas novelas han sido contratados para hacer publicidades de todo tipo, desde un shampoo hasta un banco pasando por hamburguesas. En esos avisos, suelen hacerles decir casi todo el texto en español, lo que parece incrementar su encanto ante el público israelí.
Hay dos claves para entender el auge del español: la primera es que en Israel no se traducen las novelas, sino que se trasmiten subtituladas. La segunda es la cantidad de horas de telenovela que los chicos tienen en su haber: actualmente hay unas 30 tiras en el aire. Existe un canal, llamado Viva –propiedad del argentino-israelí Yair Dori– dedicado exclusivamente a trasmitir telenovelas latinoamericanas.
Revolución desde abajo
La argentina Ivonne Lerner viene observando la evolución de este fenómeno en los últimos años desde el Instituto Cervantes de Tel Aviv, donde es profesora de español. “Nosotros empezamos a registrar que venía gente a hacer el examen de nivel y aunque nunca habían estudiado español, sabían hablarlo y los destinábamos a un nivel cuatro o cinco –cuenta–. Eran, sobre todo, chicas de entre 13 y 16 años. Para nosotros era un misterio cómo habían aprendido, pero lo hablaban con fluidez y corrección, y casi siempre con la variedad argentina. Al final solían decirnos que lo habían aprendido a través de las novelas. En términos generales, se observa que prácticamente desapareció el nivel de principiante absoluto, aquel que nunca escuchó o no sabe ninguna palabra en español. Eso prueba cuán presente está la lengua en la vida cotidiana.”
El fenómeno no sólo se observó en los institutos que enseñan español, sino también en los colegios. Beatriz Katz está a cargo de la Inspección General del Español en el Ministerio de Educación y enseña la lengua desde hace muchos años. “El interés es creciente día a día y a diferencia de otras lenguas los chicos vienen con una notable riqueza de vocabulario, de modo que no se puede decir que sean principiantes –explicó a este diario-. Cuando yo les pregunto a mis alumnos de 15 y 16 años cuándo y cómo se iniciaron con el español me dicen que fue a los 9 o 10 años, con los primeros programas que llegaron aquí al país.” Según los estudios realizados, la cantidad de escuelas interesadas en incorporar la enseñanza del español creció casi en un 50 por ciento en todo el país. “El interés alcanza tanto a chicos como a chicas –agrega–. En zona norte es más notorio la cantidad de chicas, pero en otras zonas es parejo.”
Katz señala que “a otros niveles de la sociedad la difusión del español empezó antes, gracias a la literatura y los viajes. La gran diferencia es que con la telenovela se llegó a otro público, que ahora exige que la escuela le dé la posibilidad de estudiar español. Las lenguas oficiales son el hebreo y el árabe. Y el inglés es la primera lengua extranjera en todos los niveles. Pero en el nivel intermedio existe la posibilidad de elección y cada vez optan más por el español. Sabemos que las necesidades del país son otras y que tendríamos que dominar el árabe. Sin embargo, los chicos piden el español, que les suena musical y les fascina. Y si bien conocen las diferencias entre las variedades, en general usan la argentina: les resulta más familiar”.
Lerner habla de una “revolución desde abajo”. En un trabajo sobre la sociolingüística del español en Israel, presentado recientemente en Madrid, la profesora argentina sostiene que “el español está en auge en las escuelas media y secundaria y aquí reside su mayor potencial de crecimiento. En mi opinión nos encontramos ante una suerte de “revolución desde abajo”, ya que la expansión del estudio del español en las escuelas se está dando por presión del alumnado y sus padres y no por una imposición por parte de las autoridades”.
El maestro Bermúdez
Más allá del idioma, las novelas dirigidas a los adolescentes tienen una capacidad de influencia que no les hace tanta gracia a muchos israelíes. “Hubo críticas muy negativas por parte de educadores y padres –sostiene Katz–, si bien reconocen que los chicos han ganado una lengua, hay muchas cosas con las que no están de acuerdo y consideran que a menudo los contenidos no son apropiados para los chicos que las ven, cuya edad es cada vez más baja.” Para enfrentar esas críticas el canal pone al aire después de la tira una mesa redonda con psicólogos donde se tratan los contenidos del programa.
La última idea ha sido juntar las dos tendencias en auge: la locura por las novelas junto con el interés por aprender español. Eso da como resultado un producto que se está filmando actualmente y que intentará enseñar la lengua con un formato de telenovela. Los protagonistas elegidos por el canal Viva son Gustavo Bermúdez, que viajó a Tel Aviv para la grabación, y Débora Abramson, una actriz argentina que emigró a Israel hace dos años y que aún se sorprende ante el fanatismo por las tiras argentinas. “La avidez que hay de mirar telenovelas es increíble –le dijo a Página/12–. Y es notable la presencia del español: yo tengo una hija de 12 años y casi todas sus compañeras de colegio hablan algo de castellano gracias a la televisión.” El canal le encargó al Instituto Cervantes un programa para enseñar la lengua, en el que se incorporan cada día nuevos contenidos. Y luego los guionistas armaron la historia. “Es una telenovela corta, tipo sitcom, con mucho humor, si bien no se perdió de vista que lo más importante era la enseñanza del idioma”, sostiene Abramson. La variedad lingüística enseñada es un híbrido: si bien los actores tienen dicción argentina, utilizan el “tú” como requisito de la institución que diseñó el curso.
Lo cierto es que el español de telenovela entró en Israel de una manera que no debe tener antecedentes en el mundo y hasta impregna el hebreo. Como muestra, una palabra: “telenovela” se utiliza en español, pero su plural dio lugar a un extraño término: “telenovelot”.