SOCIEDAD
Oficinas saqueadas en Tribunales a dos cuadras de la comisaría
Los asaltantes habrían entrado con una llave de la puerta principal y luego rompieron las entradas de veinte oficinas. Maniataron al portero y a tres empleados. Se llevaron dinero, computadoras, equipos de audio y hasta una caja fuerte que no pudieron abrir.
Una banda de al menos siete delincuentes robó el miércoles por la noche más de 20 oficinas de un edificio de Tribunales. Los ladrones entraron al inmueble sin forzar la puerta de ingreso, por lo que los inquilinos suponen que tenían la llave del lugar. Armados, redujeron, maniataron y mantuvieron como rehenes al portero del edificio –a quien golpearon–, a su mujer y a empleados que a esas horas aún se encontraban en el inmueble. Los asaltantes se tomaron más de seis horas para desmantelar las oficinas y huyeron en un vehículo cargado con el botín: dinero, una caja fuerte que no pudieron abrir, computadoras, equipos de música, teléfonos y mercadería de menor valor. No hubo víctimas y hasta últimas horas de ayer los ladrones eran buscados por la policía.
El edificio –ubicado en Lavalle 1474, a dos cuadras de la Comisaría 3ª y una cuadra y media del Palacio de Tribunales– tiene siete pisos y veintiocho oficinas en total, en la mayoría de las cuales funcionan estudios jurídicos. Ayer, este diario comprobó que a la mayoría de las oficinas les faltaban sus puertas. “Por la mañana los carpinteros se llevaron casi 20 puertas. Las destruyeron con hachas, si no no se entiende cómo pueden haber quedado tan destruidas”, afirmó una inquilina del segundo piso, mientras en el hall del edificio los carpinteros se agarraban la cabeza al ver el estado de las aberturas.
“El empleado de mi hermano regresó a la oficina a eso de las 23, junto a su novia, para chequear los mails. De pronto escuchó ruidos y salió de la oficina. En ese momento le apuntaron con un arma y lo hicieron entrar a la oficina, de donde se llevaron dinero y algunas cosas de valor”, contó a este diario una mujer. Al escuchar ruidos, el encargado salió a recorrer el edificio y se encontró con los asaltantes, quienes lo golpearon, lo maniataron y lo mantuvieron como rehén en el cuarto piso junto a su esposa y a tres oficinistas que fueron encontrando en el inmueble.
“Yo me enteré del robo mirando televisión”, contó a Página/12 Eduardo, un abogado que trabaja en el cuarto piso. A su oficina le forzaron la puerta y le llevaron dos equipos de música, un televisor y dos teléfonos. “Suponemos que se fueron a las seis de la mañana, en un vehículo cargado, pero nadie vio nada. Esto es terrible –exclamó–. Yo tenía gente citada para hoy –por ayer– y la tuve que atender igual.”
“Seguramente tenían la llave, porque la puerta de acceso al edificio no estaba forzada”, manifestó una mujer, mientras se lamentaba por las pérdidas. “Actuaron casi toda la noche –agregó–, cortaron la luz para que la gente que estaba dentro de las oficinas saliera. Rompieron decenas de puertas.” El dueño de un maxikiosco de la zona comentó que en el lugar “hay poca vigilancia policial pese a que a la vuelta hay una comisaría”. Hacía referencia a la Seccional 3ª, ubicada en Tucumán al 1500, donde quedó radicada la denuncia.
A ese destacamento llegaron ayer por la tarde un hombre y una mujer, víctimas del robo. Allí les informaron que no podrían radicar la denuncia del hecho y que tendrían que volver hoy. “Nos sentimos manoseados. Nos robaron 3500 pesos y objetos pequeños. Hasta abrieron una caja fuerte con un soplete y a otra caja fuerte se la llevaron porque no la pudieron abrir, luego cargaron toda la mercadería a una camioneta que estacionaron a la entrada del edificio y se fueron”, detalló el hombre.
María Soledad es empleada de una de las oficinas. Cuando llegó al lugar, la puerta estaba destrozada, los ladrones habían forzado cajones buscando dinero y faltaban varios elementos. El panorama era preocupante, más cuando ella es la responsable de la oficina porque sus jefes están fuera del país. Fue por la mañana a la comisaría y tampoco le tomaron la denuncia porque no es la titular del lugar. A la tarde, tampoco tuvo éxito. Resignada, María Soledad, se alejó del destacamento.
Informe: Silvia Marchant.