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Después de dos años de investigación y recopilación de testimonios, los porteños tienen ya un inventario de su patrimonio, distribuido en 50 mapas barriales, que se distribuirán en escuelas y bibliotecas de la ciudad y pronto estarán al alcance de quien quiera comprarlos, sean turistas o simples vecinos interesados en conocer Buenos Aires. Allí puede encontrarse la historia de cada barrio, un recorrido por sus lugares más característicos y aquellos sitios desconocidos para la mayoría, pero que forman parte de la memoria de la ciudad. El conjunto, denominado “Recorridos patrimoniales barriales”, fue realizado por la Secretaría de Cultura porteña, que acaba de lanzar una tirada de un millar de juegos, presentados en un estuche. Uno de los mapas, el de Almagro, fue impreso también en sistema Braille, como primer paso de una serie destinada a personas no videntes.
En Mataderos todavía está en pie el mirador que a mediados del siglo XIX construyó un hacendado porteño para avistar posibles ataques de malones; sobre la calle Centenera, en Parque Chacabuco, aún quedan los pernos donde se calzaban los puentes para poder cruzar en los días de inundación; donde hoy está la Plaza 1º de Mayo, en Pasco y Alsina, funcionó hasta 1923 el cementerio de los Disidentes, luego trasladado a la Chacarita; en los jardines del Instituto Bernasconi hay un monumento al heroico perro que acompañó, en los años ’50, a los bomberos voluntarios de Parque de los Patricios, cuyos restos embalsamados se exhiben en el Instituto. Esas curiosidades, entre otros fragmentos de historias, pueden encontrarse en los mapas barriales, verdaderas miniguías turísticas para descubrir los secretos de una Buenos Aires desconocida para muchos.
“Nadie puede querer lo que no conoce, ni cuidar lo que no considera suyo”, dijo el secretario de Cultura, Gustavo López, al definir la consigna del trabajo, que se inició en 2002. Desde entonces se transitó un largo camino, que incluyó “un trabajo silencioso y sostenido con los vecinos y las Juntas de Estudios Históricos barriales”, que aportaron datos y testimonios, explicó la subsecretaria de Patrimonio Cultural, Silvia Fajre.
La colección es mucho más que un conjunto de mapas: incluye, además del perímetro barrial y la ubicación de sus lugares característicos, una cronología de su historia, los personajes célebres de cada barrio, sus áreas arqueológicas y hasta el escudo que lo identifica. También incluye la visión artística del patrimonio barrial: una serie de dibujos de los edificios notables de cada barrio, realizados por artistas plásticos.
El material está pensado para las escuelas, donde será distribuido. Las cajas también podrán consultarse en las 27 bibliotecas de la ciudad y en los CGPs. Quien quiera comprarlo podrá hacerlo a partir del año próximo, a un costo de 30 pesos, en la tienda cultural que se abrirá para entonces en la Casa de la Cultura (ex edificio de La Prensa) en Avenida de Mayo al 500.
“Estos mapas se corresponden con los ejes estratégicos de esta gestión –resumió López–: una cultura para todos, descentralizada, de calidad, y que valoriza el patrimonio cultural.” En ese marco, se presentó ayer una versión de los mapas en sistema Braille: se eligió el del barrio de Almagro, donde funciona la Biblioteca Argentina para Ciegos.
Cada uno de los 47 barrios tiene su recorrido, salvo Palermo, que por su extensión y riqueza patrimonial fue incluido en dos mapas. Otro está dedicado a la Ribera porteña, propuesta recientemente ante la Unesco como “paisaje cultural”.