SOCIEDAD › LA CAMARA RESTITUYE A UNA NENA A SUS GUARDADORES
Sofía, de regreso al hogar
Página/12 reveló que un juez le sacó la nena a un matrimonio que la cuidó 19 meses, pues quería adoptarla. Ahora, la Cámara revocó el fallo. Sofía ya pasó por cuatro hogares de tránsito.
Por Mariana Carbajal
Pronto Sofía volverá a sonreír. La Cámara de Apelaciones en lo Civil de San Martín ordenó que sea restituida al hogar de tránsito en el que vivió los últimos 19 meses. El 2 de abril, la nena, de apenas 3 años y 3 meses, fue arrancada abruptamente del seno de la familia Herrero por orden del juez de menores que tiene su tutela, tal como informó Página/12 en su edición del sábado. El argumento del magistrado fue insólito: se las sacó por querer adoptarla sin estar previamente inscriptos en el registro oficial de postulantes. La misma decisión había tomado anteriormente con el primer hogar de tránsito que la cuidó. De hecho, la niña –abandonada por su madre al nacer– fue obligada por el magistrado a vivir una historia atroz de desgarros y pérdidas afectivas: en su corta vida, tuvo que pasar por cuatro hogares de tránsito. Ayer, el tribunal de segunda instancia consideró además que, como caso “excepcional” y en virtud del “interés superior de la niña”, los Herrero están en condiciones de adoptarla. Fundamentó su opinión en el “muy alto grado de integración” de la nena con el grupo familiar, un aspecto que el magistrado no tuvo en cuenta a la hora de decidir sobre su futuro.
El juez de menores Nº 1 de San Martín, Gabriel Peñañori, informó ayer a la abogada de los Herrero que les restituirá la pequeña entre hoy y mañana. El fallo de la Cámara se fundamenta, entre otros aspectos, en un contundente informe del perito psicólogo del mismo juzgado, Jorge Eugenio Cabrera que, llamativamente, Peñañori obvió al momento de decidir la separación de la niña de sus cuidadores.
Cabrera entrevistó a Sofía y al matrimonio de Raúl y Mónica Herrero el 11 de marzo, tres semanas antes de que el juez ordenara su separación. En síntesis, el informe pericial destaca “el muy alto grado de integración” de la nena en el hogar de los Herrero y deja constancia del “buen estado emocional” de Sofía, “sin alteraciones adaptativas, con estabilidad de vínculos y adecuadas condiciones de contención, lo que determina un pronóstico evolutivo favorable”. El perito menciona que el matrimonio guardador “muestra sensibilidad para captar la interioridad de la menor, aceptar su individualidad y respetar su historia de origen”. Después de valorar todos estos aspectos, Guerrero recomienda no introducir modificaciones a la “actual situación de la menor, por considerar que ello redundará en consecuencias negativas de magnitud no especificada para su normal crecimiento y evolución”.
Por qué Peñañori desoyó un informe tan claro y preciso es una incógnita. Ayer, Página/12 intentó preguntárselo, pero el magistrado no quiso responder. “No tengo nada que hablar con usted”, contestó cuando esta cronista lo ubicó telefónicamente.
La Cámara de Apelaciones de San Martín también rechazó la decisión del magistrado de negarle a los Herrero la posibilidad de solicitar la adopción de Sofía por el hecho de no estar anotados en el registro de postulantes y ser un hogar de tránsito. Se denomina así a los matrimonios que solidariamente y en forma voluntaria se ofrecen a tener transitoriamente a chicos mientras la Justicia resuelve su futuro, ya sea porque fueron abandonados y serán entregados en adopción o porque momentáneamente se los debe sacar de su núcleo familiar por alguna razón (violencia, abusos, imposibilidad de mantenerlos económicamente). Teniendo en cuenta “el interés superior de la niña”, y el favorable informe psicológico, la Cámara de Apelaciones consideró que se dan circunstancias de “excepción” que habilitan a los Herrero a tramitar la adopción. Otro de los puntos que ponderó el tribunal fue el tiempo que hace que la niña vivía con la familia: más de 18 meses.
Los Herrero viven en Floresta. Tienen tres hijos de 14, 18 y 20 años. Sofía llegó a sus brazos el 12 de setiembre de 2000, con un año y medio de vida. Nunca antes habían funcionado como hogar de tránsito. Unos amigos que sí lo son les insistieron en que la recibieran porque de lo contrario una beba iría a un instituto. Sería por unos meses. Fue mucho más, porque el magistrado tiene pendiente la resolución de la adopción de la niña. “Estamos muy felices”, expresó ayer Raúl Herrero a este diario. Sofía volverá pronto con ellos, pero el daño que sufrió por la arbitraria separación ya está hecho.