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En un primer momento no se presentaron inconvenientes. Frente a una de las ventanillas de venta de pasajes, ella pidió el suyo sin problemas. Pero cuando extendió sobre el mostrador un certificado de discapacidad, la persona que la atendía cambió de opinión: “Ah, no. De los gratuitos no”. El cuadro motivó uno de los reclamos recibidos en el móvil que la Defensoría Adjunta de la Ciudad de Buenos Aires instaló en la terminal de Retiro, donde llegaron un total de 25 personas con discapacidad que no pudieron obtener el beneficio que les corresponde por ley: un pasaje gratuito. En la mayor parte de los casos, la razón aducida era la falta de espacio. Pero la anécdota, relatada por la defensora Graciela Muñiz, demostró la falacia de ese argumento.
La gratuidad de los pasajes para las personas con discapacidad entró en vigencia en enero de este año, con el decreto 38/04. En concreto, la norma garantiza la gratuidad en los transportes de corta, media y larga distancia. En este último caso, los beneficiarios deben tramitar los pases 48 horas antes en las terminales. Pero ayer mismo, una de las denuncias correspondía a una persona que “desde hace treinta días trata de obtenerlo”, contó la defensora. Finalmente, el asiento se evaporó del campo de las posibilidades y el denunciante viajó pagando su pasaje.
El organismo que debe canalizar las denuncias es la Comisión Nacional de Regulación del Transporte. El problema, según apunta Muñiz, es el ritmo de salida de las sanciones, que tardan “de dos a tres meses en concretarse”, es decir: el denunciante obtiene una respuesta tardía, porque en este momento quienes viajan “proyectan pasar las fiestas con su familia”. En ese marco, un pasaje para dentro de unos meses pierde mucho de su sentido, razonan desde la defensoría. Por eso, el reclamo es que los comunicaciones a las empresas lleguen más rápido. Y si el problema es que no están de acuerdo con el decreto, “que lo hagan saber a través de los caminos formales”, planteó Muñiz. “Mientras tanto, que cumplan”, reclamó.
El móvil de la Defensoría estará en el primer piso hasta el 31, de 11 a 16. Ayer, en su primera jornada, los miembros del organismo se dedicaron a reclamar “ventanilla por ventanilla”.