SOCIEDAD › LO DIJO UN OBISPO EN UNA CARTA AL MINISTRO DE SALUD
Merece “que lo tiren al mar”
El obispo castrense cuestionó a González García por su opinión sobre el aborto y por repartir preservativos a los jóvenes.
El obispo castrense, monseñor Antonio Baseotto, acusó al ministro de Salud, Ginés González García, de apología del delito, por su propuesta de despenalizar el aborto, pero eligió la peor figura que podría esgrimirse en la Argentina post dictadura: dijo que el funcionario merecería que “le cuelguen una piedra de molino al cuello y lo tiren al mar” por repartir preservativos entre los jóvenes. Le respondió el viceministro de Salud, Héctor Conti, quien calificó al obispo como un “nuevo Torquemada”: “Parece que monseñor mantiene bien aceitados sus contactos con los represores que sembraron a la Argentina de terror y muerte en épocas que creíamos desterradas. Sólo así puede entenderse que proponga la misma metodología de exterminio que el ex capitán (Adolfo) Scilingo con los que pensaban distinto”.
En una carta dirigida al ministro de Salud, Baseotto dice que “la multiplicación de los abortos que usted propicia con fármacos conocidos como abortivos es apología del delito de homicidio”. Su reacción responde a las declaraciones de González García, quien en un reportaje publicado el lunes por Página/12 se pronunció a favor de la despenalización del aborto.
Pero Baseotto llegó a decirle al ministro en la misiva que “cuando usted repartió públicamente profilácticos a los jóvenes, recordaba el texto del Evangelio donde nuestro Señor afirma que ‘los que escandalizan a los pequeños merecen que le cuelguen una piedra de molino en el cuello y lo tiren al mar’”.
El obispo le recriminó al ministro que “lo menos que puedo decir es que es anticientífico propiciar el aborto: asesinato de hombres inocentes; y que distribuir profilácticos es propiciar el libertinaje sexual y difundir impunemente el sida, que es ampliar el mercado de los que negocian y lucran con la salud física y moral de nuestra juventud”.
“Se está contribuyendo a la degradación de nuestra sociedad con los mismos principios de los emperadores romanos: panem et circenses”, le advirtió.
También descalificó la campaña oficial de prevención del sida, ya que a su entender “al facilitarles a los jóvenes e inducirlos a la vida sexual prematura, de hecho los están induciendo a contagiarse de la enfermedad que dicen combatir”. Baseotto le preguntó a González García por qué “nunca dicen que ser casto, dueño de sí mismo, es el medio más eficaz para prevenir el sida”.
Los términos de la carta –que según fuentes oficiales todavía no llegó a destino– provocaron la inmediata reacción del viceministro Conti –Ginés González García se encuentra en el exterior–, quien lamentó que “la fortaleza espiritual de los miembros de las Fuerzas Armadas esté en manos de un nuevo Torquemada (uno de los líderes de la Inquisición) como monseñor Baseotto”.
“Parece que monseñor mantiene bien aceitados sus contactos con los represores que sembraron a la Argentina de terror y muerte en épocas que creíamos desterradas. Sólo así puede entenderse que proponga la misma metodología de exterminio que el ex capitán (Adolfo) Scilingo con los que pensaban distinto”, contraatacó el funcionario.
La polémica se desató el lunes pasado luego que González García –quien se encuentra en China para profundizar acuerdos de cooperación sanitaria– se manifestara a favor de despenalizar el aborto en un reportaje concedido a este diario. En ese momento, las declaraciones del ministro no merecieron la reacción del Episcopado.
“Si para su eminencia reverendísima lo que el ministro hace al describir un dramático problema de salud pública, como la mortalidad materna derivada de abortos clandestinos, es apología del delito de homicidio, ¿qué es pedir que lo tiren al mar con una piedra en el cuello?”, se preguntó Conti.