SOCIEDAD
Allanamiento en Núñez en busca del cuchillo fatal
La policía secuestró todos los cuchillos de cocina de Claudio Alvarez. Su mujer lo conoció en la cárcel, donde purgaba una pena por robo y violación.
La policía volvió a allanar el departamento de la calle 11 de Septiembre en el que Claudio Alvarez –sospechado como el presunto asesino de Elsa Escobar y el violador de su hija de trece años, la niña sobreviviente del crimen de Núñez– vivía junto a su esposa y su hijo de 8 años. Secuestraron videos, “adminículos de uso sexual” y un par de esposas. Pero no apareció el cuchillo con el que mataron a Elsa. El hombre al que apunta el fiscal está casado con una mujer que es hija de una pareja de desaparecidos: lo conoció en la cárcel, luego de escribirle a presos sociales a partir de su interés personal.
El cuchillo, según los peritos que trabajan en la causa, podría ser uno de cocina. De manera que ya fueron secuestrados todos los que había en la casa de Alvarez para ser revisados a la luz de los microscopios: aunque los hubieran lavado podrían quedar rastros de sangre en ellos.
Ayer habló en público el padre de la nena. Como varios vecinos de Núñez, también había denunciado al supuesto agresor. “Yo en el mes de abril hice una denuncia al 101 porque este señor (por Alvarez) ingresó con un arma en la cintura y se escuchaban los gritos de un chico de 8 años (hijo del detenido)”, recordó. “Yo pedí auxilio, más que nada para la criatura, y la respuesta fue: ‘No podemos hacer nada’”, dijo en la puerta del hospital Pirovano, donde su hija está internada desde el sábado.
Sobre la nena, el hombre contó que “está bloqueada y no puede hablar”. Se mostró tranquilo y respecto de su futuro aseguró que prefiere que la chica se instale fuera de la Ciudad de Buenos Aires, junto a su hermana mayor, en Concordia.
Mientras tanto, ayer se supo que quien firmó el procesamiento y prisión preventiva de Alvarez en la causa por tentativa de robo contra una vecina de Núñez no fue el juez Gabriel Ghirlanda, criticado desde el sábado por las Madres del Dolor, sino un secretario subrogante, Jorge Anselmo de Santo.
El perfil del principal y único sospechoso se va completando: ya se sabe –de hecho su defensa intenta que esto sea un atenuante– que es adicto al consumo de cocaína y que en los últimos meses hizo dos tratamientos de desintoxicación. El hombre, que pasó ocho años preso por un robo y una violación, salió de la cárcel en pareja con una mujer hija de padres desaparecidos que habrían, según fuentes judiciales, sido detenidos en el centro clandestino de detención de la ESMA. La chica comenzó en la cárcel su relación con Alvarez. Fue en la prisión donde concibieron al niño que hoy ya tiene ocho años.