La ballena que el viernes pasado había ingresado por error al río Támesis de Londres, murió ayer mientras era transportada con bolsas inflables en una barcaza. El cetáceo, de cinco metros y siete toneladas, falleció cuando su salud se deterioró rápidamente tras haber ingresado por error al estuario del río Támesis y haber quedado encallada cuando bajó la marea.