El 10 por ciento de los argentinos tiene sobrepeso, según los datos preliminares de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud que ayer adelantó el ministro de Salud, Ginés González García. Otro de los datos destacados del estudio es que la desnutrición aguda está por debajo de los estándares internacionales. Esta encuesta, realizada el año pasado para el Ministerio por la Universidad Nacional de Tres de Febrero, demandó una inversión de 3.100.000 de dólares y la visita a 311.182 hogares. Fueron encuestadas 36.459 personas: niños y niñas de entre 6 meses y cinco años y mujeres en edad fértil y embarazadas de 10 a 49 años.

“Estamos realmente mal con los resultados de sobrepeso, especialmente en Capital Federal y Gran Buenos Aires, ya que el 10 por ciento de la población sufre este problema”, advirtió González García, quien calificó la encuesta como “la más grande del mundo en su tipo”. “La buena noticia es que la desnutrición aguda disminuyó notablemente. Estamos por debajo de los estándares internacionales que se ubican en torno del 2,3 por ciento. Hoy en la Argentina la desnutrición aguda afecta al 1,2 por ciento de los chicos menores de 5 años.” No se conocieron datos acerca de cifras de la desnutrición crónica.

“Tenemos más problemas de anemia y desnutrición crónica en el NEA y NOA que en el resto del país”, destacó el ministro. Cuando hay carencias alimentarias “éstas son moralmente inaceptables, y cuando hay excesos alimentarios estamos frente a inconvenientes sanitarios. Hoy la Argentina tiene muchos más problemas por exceso, como el sobrepeso o la obesidad, que alcanza magnitudes muy fuertes en algunas regiones como la Capital Federal, el conurbano bonaerense y la Patagonia. Este tema se asocia a muchas enfermedades, desde la diabetes a la hipertensión, o los accidentes cerebrovasculares”, dijo González García, quien definió a la obesidad como “una de las epidemias del mundo”.

Por otro lado, indicó que la detección de casos de chicos de baja altura “tiene que ver con la desnutrición crónica, que es más preocupante que la aguda” y expresó que “estos resultados no quieren decir que no exista algún ejemplo individual, alguna foto puntual, pero estamos seguros de que hoy hemos terminado con la magnitud que tenía este problema”.

González García explicó que “las cifras son parciales y no hay comparaciones a mano porque es la primera vez que se hace una encuesta tan compleja en el país”.

Para el estudio se relevaron 311.182 hogares de todo el país, se encuestaron 36.459 personas y –entre ellas– se realizaron 27.176 extracciones de sangre para la realización de determinaciones bioquímicas.

En ese sentido, el director del Centro de Investigaciones en Estadística Aplicada (Cinea) de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, Diego Brandy, relató a Página/12 que “una de las buenas sorpresas fue que se encontró bajo rechazo o menor al esperado para hacer las extracciones de sangre a los niños. La gente veía este trabajo como una preocupación del Estado en evaluar la salud de la población”. En cada hogar seleccionado la visita apuntó a cuatro ejes: la caracterización socio-económica; la ingesta alimentaria; la antropometría –peso y talla– y la extracción de sangre.

Brandy explicó que las encuestas se efectuaron “en más de 100 localidades de todo el país”. Se desarrolló en el transcurso de 2005 durante nueve meses y en todas las provincias, en poblaciones que habitan en localidades de cinco mil o más habitantes.

Para efectuar el estudio participaron “miembros del Cinea, personal de coordinación de campo, personal de supervisión, 150 nutricionistas, alrededor de 900 encuestadores. La universidad contrató a más de 1100 personas durante 8 meses”, indicó.

Para Brandy “una encuesta de este tipo es la primera vez que se hace en la Argentina”. Además señaló que la información recabada “sirve para la planificación de políticas en el área de salud, desarrollo y nutrición infantil”.