El fiscal Jorge Ariel Apolo viajó ayer a la mañana a Montevideo acompañado por tres comisarios de la Dirección de Investigaciones de la Policía Bonaerense, que está a cargo de Osvaldo Seisdedos. En Uruguay, la comisión de investigadores intentará que los autoricen a abrir las tres cajas de seguridad que supuestamente corresponden a tres llaves que llevaba encima el ciudadano uruguayo Luis Mario Vittete Sellanes, quien fuera detenido en Aeroparque. Como es obvio, se buscan allí partes del botín y elementos de prueba. También se avanzará en determinar si los 67.000 dólares que pagó Vittete por una camioneta 4 por 4 hace un mes también provinieron del robo y se intentará esclarecer si compró una propiedad en Punta del Este. Por ello, Apolo estará hoy y mañana en Montevideo y luego se irá a la ciudad balnearia.

Aunque el equipo de fiscales que investiga el robo del Banco Río ya aclaró que su objetivo no es recuperar el botín sino apresar a todos los que estuvieron implicados, el hallazgo de dinero serviría como prueba contundente contra quienes están detenidos e incluso contra algunos que todavía no están presos. El abogado de Vittete, Jacobo Grossman, dice que su cliente no llevaba llaves de cajas de seguridad y por ello habrá que ver qué resultados tiene la gestión de Apolo y los comisarios.

En Uruguay, el trabajo no será sencillo. Ese país tiene un régimen de secreto bancario, aunque la lógica indica que deberían abrirle las puertas a una investigación que no tiene que ver con movimientos de dinero provenientes de negocios sino de un robo. La decisión estará en manos de un juez uruguayo.

La otra vertiente del trabajo es determinar las compras y los movimientos de “Marito” en Uruguay. Este diario ya adelantó que, según afirman los fiscales, Vittete operó durante el robo del banco con un celular a nombre de Mariana Arévalo. Desde ese aparato se comunicó con los otros integrantes de la banda y, además, hizo varias llamadas al Uruguay, entre ellas una a su hijo, otra a su padre y una tercera a un celular desde el cual se hicieron reservas de sus viajes a la Argentina. Los investigadores seguirán el hilo de esas comunicaciones para saber si conducen también al botín.

Por las informaciones existentes, Vittete compró una camioneta Hyundai a 67.000 dólares y también hay indicios de que adquirió al menos un departamento en Punta del Este. Eso también será materia de investigación del fiscal y los tres comisarios.

Uno de los grandes interrogantes del caso tiene que ver con la existencia de un cerebro, un hombre que pensó, armó y financió el golpe de Acassuso. Los investigadores del Ministerio de Seguridad bonaerense creen que efectivamente hubo alguien por encima de los detenidos. Alguno de los fiscales también lo deja entrever. En todo momento, cuando se habló de la existencia de un cerebro, se pensó que también podría ser uruguayo y que en todo caso sería un personaje que se habría mantenido en contacto sólo con algún integrante de la banda. La mayoría seguramente no lo conocía. Tal vez el viaje a Uruguay permita avanzar también en ese terreno, la detección del cerebro. Algunos criminalistas lo explican de esa manera: el robo fue como un edificio. Es evidente que hubo un arquitecto que pensó toda la estructura y la financió. Luego recurrió a mano de obra, alguna de baja calidad y otra de calidad algo mejor. Los personajes que están detenidos pasaron la mitad de su vida en la cárcel, por lo que no parecen ser la mejor mano de obra. El “ingeniero” Sebastián García Bolster tampoco puede ser encuadrado como un gran talento, pero se trata de mano de obra de mejor calidad, sin antecedentes. El gran misterio sigue siendo quién fue el arquitecto de semejante golpe.