Un tribunal de Bariloche condenó ayer a tres años de prisión a un joven que cuando tenía 20 violó y dejó embarazada a su hermana de 13 años. El fiscal había pedido 8 años, el mínimo contemplado por el Código Penal, pero el tribunal resolvió aplicar una pena menor al tomar en cuenta el entorno social y familiar en que se produjo el delito: el padre de ambos tiene una historia de abuso sistemático de sus hijas e hijastras. El acusado lleva seis meses detenido y estaría libre en junio.

El hecho ocurrió en 2003 en el paraje Lipetrén Alto, localidad ubicada a unos 300 kilómetros de Bariloche. El bebé de la víctima nació en diciembre de ese año, en Ingeniero Jacobacci, y la madre quiso darlo en adopción. Ante la Justicia, la chica dijo que “el padre del bebé era su hermano”, Mario, pero aclaró que no quería denunciarlo penalmente.

La Fiscalía actuó entonces de oficio e instruyó el procesamiento del joven, acusado de “abuso sexual con acceso carnal, agravado por el vínculo familiar, la convivencia y la edad de la víctima”. Desde octubre está detenido en la alcaldía de Bariloche.

En el juicio se ventiló la historia familiar, signada por relaciones de incesto y abuso sexual. El padre de la familia, Florencio, había echado de la casa a su mujer, que ya tenía dos hijos y con la que tuvo cinco, entre ellos Mario, el abusador. Luego, con una de las hijas de su ex mujer, inició una relación con la que a su vez tuvo cinco hijos más. Entre ellos se encuentra la chica que fue abusada por su hermano.

Todos vivían en una casa muy pequeña y dormían en una sola habitación. En la causa consta, por lo que dijeron los propios integrantes de la familia, que ninguno conoce exactamente su edad ni la de sus familiares, ya que “nunca celebraban cumpleaños”.

El abogado defensor Juan Pablo Alvarez Guerrero pidió la absolución del acusado tras la figura de la “divergencia cultural”, que contempla la posibilidad de que el procesado no sea consciente del delito en el que incurre, ni considere que esté haciendo algo malo.