SOCIEDAD

En Tartagal, el río Seco está más mojado que nunca y la gente espera

Los camiones de ayuda enviados por el gobierno nacional a Tartagal quedaron varados en la otra orilla del Seco. Anoche cesó el alerta meteorológico, pero las lluvias continuarán. Hubo 65 evacuados.

Cuando ayer al mediodía la lluvia se detuvo en Tartagal, no fueron pocos los pobladores que se esperanzaron. Pero la ilusión duró casi nada. El cielo encapotado y amenazante, otra vez a la carga. Y las lluvias continuaron prácticamente sin interrupción desde el viernes a la noche. Con su caída en todo el Norte de la provincia de Salta, el agua provocó anegamientos de calles y rutas en toda la región. Unas 65 personas más se sumaron a las 60 familias que permanecían evacuadas debido a que sus casas las tragó la crecida del río Tartagal o porque corren peligro de ser arrastradas por el torrente. Anoche, la ayuda enviada por el gobierno nacional aún no había llegado. Es que los camiones seguían detenidos, aguardando a que el río Seco dejara de ser tan húmedo, y bajara su cauce para poder avanzar. El futuro cercano es poco alentador: el Servicio Meteorológico Nacional anunció más lluvias, al menos hasta el jueves.

Las lluvias, que no cesaron en la zona de los cerros, al Oeste de la provincia, continuaron alimentando los ríos y obligaron a evacuar a otras 65 personas. Se trata de los ocupantes de unas 40 viviendas ubicadas en la orilla del río con el mismo nombre que la ciudad de Tartagal, en Villa Saavedra, la zona más afectada por el crecimiento del caudal.

En los últimos días, las placas de concreto que canalizan el curso de agua fueron arrancados por la crecida. Del tramo de 1200 metros del río que atraviesa la ciudad, la canalización sólo soportó la fuerza del agua en unos cien metros.

Además de los evacuados, otra consecuencia de las intensas lluvias fue la interrupción de las tareas de contención del río. Según el intendente Darío Valenzuela, los trabajos podrían continuar hoy. Si las precipitaciones se detienen, se comenzará la construcción de “un tabique de hormigón perpendicular al río de diez metros de profundidad entre la pasarela de la calle Rivadavia y el puente sobre avenida Packman, para evitar que la erosión retrógrada siga avanzando al Oeste y afecte la cabecera del puente”, adelantó Valenzuela. De ese modo se busca proteger un puente que es el que une el Sur y el Norte de la ciudad.

También encontraron problemas los siete camiones cargados con ropa, zapatillas, frazadas, agua mineral, alimentos no perecederos y colchones que envió el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. En la mañana de ayer, la Ruta Nacional 34, por la que transitaban, estaba anegada a la altura de la localidad de Pichanal, unos 110 kilómetros al sur de Tartagal. Allí debieron frenar. Algunas horas más tarde continuaron su viaje, pero no pudieron superar el río Seco, donde el vado para vehículos se encontraba intransitable. Por ese lugar, la gente solamente cruzaba por medio de un coche motor. Las estimaciones de los tartagalenses indicaban que si no llueve, recién podrían cruzar mañana.

Más al Sur, en el límite entre los departamentos de San Martín y Orán, el desborde del río Bermejo también provocó inconvenientes en el tránsito hacia el Norte.

El Servicio Meteorológico Nacional anunció el cese del alerta por lluvias intensas y tormentas en la región, pero informó que el mal tiempo persistirá con precipitaciones de menor intensidad al menos hasta el próximo jueves.

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La Ruta 34, por la que avanzaban los camiones, quedó anegada en Pichanal y obligó a detener la marcha.
 
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