El cruce entre cooperativismo y salud mental fue el tema central de debate en las jornadas organizadas por Atico, una cooperativa de trabajo en salud mental que conmemoró de esa manera sus 20 años de vida. La psicóloga Eva Giberti; la psicoanalista y escritora Silvia Bleichmar; el director de Salud Mental de la ciudad de Buenos Aires, Pablo Berretoni; los diputados Héctor Bidonde y Héctor Polino, y la presidenta de Atico, Susana Gerszenzon, entre otros, fueron algunos de los especialistas que participaron de las mesas de debate.

En las jornadas se abordaron temas como “lo comunitario y lo cooperativo”, y “autogestión y salud mental”. El evento se llevó a cabo del 4 al 9 de este mes en el Centro Cultural de la Cooperación, en Capital Federal.

Integrada por profesionales de la salud mental, Atico se transformó en cooperativa el primero de mayo de 1986, pero ya estaba habilitada como centro de salud desde 1983. Son los mismos asociados quienes realizan la atención clínica, preventiva y docente de la institución.

“En el tema salud hay una naturalización en todos nosotros”, dijo Berretoni, quien remarcó el “deplorable” estado en el que se encuentra el hospital Moyano.

Tras el cierre de las jornadas, el pasado martes a las 21 en la sala Solidaria del centro cultural de la avenida Corrientes, el psicoanalista y psiquiatra Alfredo Grande, quien también es presidente honorario de la cooperativa, explicó a Página/12 que “la propuesta de la lógica de la cooperativa es la inclusión del otro en su diferencia”.

“Estoy muy contento con estas jornadas. Hace tiempo que venimos trabajando con la cooperativa, que es una manera de recuperar el fundamento social como fundamento de la cultura, y en donde además no hay rivalidad”, expresó, y agregó: “Esto contribuye a la salud mental y a mejorar la calidad de vida de las personas. En las cooperativas hay competencia, pero sin rivalidad, sin eliminar al otro”.