Hoy a las 14, y en medio de una situación escandalosa, se reunirá la junta médica que debe diagnosticar la razón de la muerte de Matías Bragagnolo. Todo indica que los tres peritos oficiales –Fernando Trezza, Osvaldo Curci y Oscar Losetti–, más el de la familia Bragagnolo, Avelino Baratta, dirán que Matías murió porque le pegaron un golpe o le zamarrearon la cabeza delante del maxiquiosco de Salguero y Gelly, eso le produjo una conmoción cerebral que derivó en una asfixia, acentuada luego por los intentos de respiración artificial que le hicieron para reanimarlo y que le impidieron respirar. Con esa conclusión, la responsabilidad por la muerte de Matías se centra en los adolescentes que se pelearon con él. Por el otro lado, los peritos de los jóvenes que se trenzaron con Matías –Mariano Castex, Enio Linares, Gustavo Burstyn y Alejandro Basile– rechazarán esa conclusión y dirán que los peritos oficiales ya fueron categóricos en su momento, que Matías murió por asfixia mecánica, es decir falta de aire, y que el único que tomó al joven del cuello fue el policía Luis Villegas. El caso Bragagnolo está derivando también en sanciones a un perito, intervención del Colegio de Abogados y una denuncia penal contra la jueza y algún perito oficial (ver aparte).

Según los trascendidos, el profesional que realizó la primera autopsia y encabezó los estudios posteriores, Trezza, presentará hoy un largo escrito en el que dará su opinión sobre lo ocurrido y las razones de la muerte de Matías. Todo indica que la junta médica, que ya tuvo una tumultuosa reunión hace diez días, terminará casi seguro con cuatro peritos firmando en acuerdo con el dictamen de Trezza, y cuatro peritos rechazando ese dictamen. Eso lleva a que la última palabra la tenga la jueza de la causa, María Teresa Salgueiro, que ya evidenció una postura favorable a la opinión de los peritos oficiales.

El debate consiste en lo siguiente:

- Los peritos oficiales, con Trezza a la cabeza, sostienen que el proceso de la muerte se inició en el maxiquiosco. Allí, en la pelea con sus agresores, Matías recibió un golpe o le zamarrearon la cabeza, produciéndole una lesión cerebral.

- Pese a ello, el joven corrió y llegó casi sin aliento hasta el palier del edificio de Ortiz de Ocampo 2882. Allí fue tomado del cuello, desde atrás, por el policía para reducirlo –a Villegas le dijeron que había robado un celular– y minutos más tarde, cuando se descompuso, hubo un intento de reanimarlo con respiración boca a boca y oprimiéndole el tórax.

- Los dos elementos, la toma del cuello y la reanimación mal hecha, produjeron una ruptura de las paredes del pulmón, porque este órgano hizo un esfuerzo desesperado por encontrar aire. Esa ruptura hizo que el pulmón se llenara de sangre y produjo la muerte.

Con este diagnóstico, la responsabilidad de la muerte pasa a estar más del lado de los jóvenes que agredieron a Matías, porque son los que producen la lesión cerebral que desata el drama.

Los peritos de los jóvenes que se pelearon con la víctima dicen los siguiente:

- Los peritos oficiales tratan de salvar el pellejo porque de entrada dijeron que no había ningún golpe importante, ninguna lesión decisiva.

- Si el pulmón de Matías estalló es porque alguien no lo dejó respirar.

- El único que agarró del cuello a Matías fue el policía y, en todo caso, los jóvenes intentaron reanimarlo mientras les daban instrucciones por teléfono desde el SAME.

La conclusión es evidente: la pelea no jugó ningún papel en la muerte de Matías y, por lo tanto, los adolescentes no tienen responsabilidad.

Como se ve, cada parte defiende su óptica. Está claro a esta altura que si Matías se quedaba en su casa no se hubiera muerto, es decir que algo de lo ocurrido provocó su muerte. También es claro que hubo un homicidio, sin intención, y cada uno le tira la pelota al otro.