SOCIEDAD
El fantasma de la contaminación vuelve a volar sobre McDonald’s
La bacteria escherichia coli apareció en carne cruda de dos locales. La empresa dice que sólo importa la carne cocida.
McDonald’s está otra vez en el ojo de la tormenta. La Dirección de Higiene y Seguridad Alimentaria de la Ciudad encontró medallones y hamburguesas contaminados en dos locales de la cadena fast food. La bacteria es la escherichia coli, la misma que fue hallada en el escándalo vivido por McDonald’s el año pasado. Pero esta vez la hamburguesería cuenta con un beneficio: la bacteria infecciosa no estaba en la carne cocida sino en los productos crudos provistos por Mac Kay, un frigorífico de Garín que además es proveedor de otras empresas de hamburguesas. De todos modos, para el Gobierno de la Ciudad la responsabilidad es de McDonald’s: “Como tenedor de la mercadería es responsable, así lo establece el código alimenticio”, le dijo a Página/12 Blanca López Barrios, la funcionaria porteña que estuvo a cargo del monitoreo. Para la empresa no hay ninguna irregularidad, ya que “lo importante son los productos cocidos”.
Las muestras que dieron positivo se tomaron en mayo y abril de este año. Fueron el resultado de los operativos y monitoreos habituales de la Dirección de Higiene: “Acá nadie denunció nada, se hicieron los controles de rigor, se tomaron las muestras y en tres lotes los exámenes dieron positivo”, explicó anoche a este diario López Barrios.
Las hamburguesas contaminadas aparecieron en dos locales de la urbe porteña, uno de ellos sobre la calle Corrientes. La bacteria no estaba ni en los sandwiches, ni en las hamburguesas preparadas que llegan al público: estaban en las heladeras y aún sin cocción. “La escherichia coli detectada es la del tipo 0157 –precisó López Barrios–, y es la misma descubierta el año pasado: se encontró su presencia en la carne molida, es decir cruda y aun envasada destinada a productos de hamburguesas y medallones de carne.”
Todo eso significa una cosa: las hamburguesas y la carne contaminada fueron entregadas en ese estado por el frigorífico que tiene la franquicia de McDonald’s. En este caso, se trata de la empresa Mac Kay, cuya planta productora y distribuidora está ubicada en la provincia de Buenos Aires. Desde allí se distribuye el mismo tipo de carne molida hacia el resto de los locales de McDonald’s pero además a otras compañías, entre ellas Goodmark, otra de las especialistas en hamburguesas.
Después de la primera prueba que arrojó resultados positivos, la Dirección de Higiene ordenó hace quince días una contraprueba a pedido de la empresa. Ese resultado es el que apareció ahora y termina confirmando la presencia de la bacteria.
Como medida preventiva y de seguridad, el área de López Barrios tomó varias medidas: en primer lugar ordenaron la intervención de la partida, es decir el traslado a las plantas de Mac Kay de las partidas de carne molida contaminada. “Se retira sólo la partida contaminada y no se permite que quede a la venta: la carne se deja en las cámaras envueltas con una faja de seguridad que impida cualquier tipo de violación”, siguió la funcionaria. Después de esa medida, se decidió el cese de la comercialización de las partidas en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires. Y finalmente se dio intervención al Cenasa, al Instituto Nacional de Alimentación y al Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires. Estos últimos dos organismos son los que tienen a su cargo la fiscalización y los controles sanitarios y alimenticios sobre el frigorífico que está fuera de la jurisdicción de la Ciudad.
Todas estas medidas no impiden que los locales de McDonald’s sigan abiertos. Y esto es así porque ninguno de los exámenes hechos en las hamburguesas cocidas y en el resto de los productos salieron mal. “Puede decirse más bien que el Gobierno actuó a tiempo –dijo la funcionaria–: se exigieron más controles en la cocción, pero los controles que tenían estaban funcionando: la barrera sanitaria está funcionando muy bien.” En realidad, en ese momento de la cadena de producción reside el peligro, y esto también lo sabe la empresa. José Fernández, vicepresidente de Arcos Dorados, dijo ayer que “este tipo de resultados sobre productos crudos sonnormales” y también es habitual que se retiren partidas para control y verificación.