Palermo, Flores, Almagro y Paternal son barrios disímiles, muy distintos entre sí. Pero tienen algo en común: todos poseen dentro de sus límites zonas críticas para la limpieza y recolección de basura. Se trata de sectores particularmente complejos en lo que refiere a esas tareas, ya sea porque los vecinos sacan sus residuos fuera de horario, porque allí hay un trabajo intenso de cartoneros o por la gran cantidad de obras de construcción que se pueden ver en esas cuadras. El gobierno porteño presentó, junto con las empresas concesionarias de recolección, un plan de servicios adicionales para afrontar esas situaciones, que comenzará a funcionar en febrero.

Las nuevas acciones apuntan a complementar los trabajos que tradicionalmente se llevan adelante en la ciudad, que luego de meses de estudio se mostraron insuficientes para las particularidades de algunos barrios. Entre las nuevas tareas se cuentan servicios tales como el levantamiento de escombros en horarios nocturnos, un trabajo de antidiseminado de los residuos que dejan los recuperadores al final de su jornada y la puesta en marcha de brigadas de actuación inmediata ante episodios imprevistos.

En la noche del domingo, papelitos y envases convierten el cruce de las vías con la calle Honduras, en Palermo, en un punto especialmente problemático para la recolección de basura. Allí, la concesionaria Aesa implementó el servicio de las brigadas de actuación inmediata, que mostraron que sólo con ese trabajo extra se puede dejar en buen estado un sector al que no llega la acción normal de los basureros.

Es un ejemplo de las novedades que comenzarán a verse a partir del 1º de febrero, mediante un programa complementario de higiene que cada una de las empresas licenciatarias de recolección –Cliba, Urbasur, Nítida, Integra y la ya mencionada Aesa– diseñaron de acuerdo con las necesidades particulares de la zona. Estos nuevos servicios se suman al contrato original que las firmas tienen con el Estado porteño, que se hace cargo de los gastos extra que generan las novedades. A este mismo programa pertenece la iniciativa de la empresa Cliba de entregar contenedores a los cartoneros para que depositen allí la parte que no les sirve del contenido de las bolsas que revisan.

El subsecretario de Higiene Urbana, Claudio Suárez, señaló que “desde hace cuatro meses empezamos a elaborar este plan, a través de la realización de los estudios para determinar las zonas críticas. Se concluyó que en total son 4175 cuadras”, y especificó que “una vez terminado ese proceso, las empresas declararon los tipos de recursos que necesitarían para afrontar cada problemática y los servicios que brindarían en cada caso, y consensuamos lo que ahora se presenta”.

La estación Paternal y sus alrededores son un caso testigo de la encrucijada que plantea para los recolectores de basura la labor de los cartoneros. En esa zona hay dos galpones donde ellos llegan con lo que recolectan a lo largo de su jornada y lo venden. Los residuos de su trabajo quedan desperdigados en calles y veredas y escapan a las funciones de los camiones recolectores. A partir de ahora, allí trabajarán equipos especiales de lavado de calzadas y vías peatonales de la concesionaria Integra.

Para las nuevas tareas, las empresas contrataron a más de 170 trabajadores e incorporaron tecnología necesaria para afrontarlas, como camiones especiales, equipos lavacalzadas y carros bicompartimentados, según el nuevo trabajo a afrontar.

En Lavalle y Medrano, el problema principal tiene que ver con la suciedad que se acumula en la vía pública en horarios posteriores a los del paso de los camiones recolectores. Para ello la firma Urbasur incorporó un servicio de barrido en horas de la madrugada.

En tanto, el centro de Flores muestra a toda hora suciedad en sus calles, sobre todo en Boyacá, producida por la continua circulación de vehículos. Ante esto, la concesionaria Nítida pondrá en marcha con el lanzamiento del programa, equipos de limpieza de veredas y calles, que utilizan camiones especiales, con capacidad para lavar las calzadas en pocos minutos.