La polémica no forma parte de la causa de la Triple A, pero conmueve a algunos viejos peronistas. Se trata de la reunión de gabinete del 8 de agosto de 1974 en la residencia de Olivos donde se mencionó el nombre de los futuros muertos de la organización de la ultraderecha peronista. Hasta ahora nadie había puesto en duda ni la fecha ni el contenido del cónclave, pero la semana pasada lo hizo Gustavo Caraballo, el ex secretario técnico de Juan Perón y –con Isabelita– el único sobreviviente en condiciones de dar testimonio. En una entrevista negó las listas negras del gobierno de la viuda de Perón y su postura molestó a los peronistas cercanos a la causa. “¡Caraballo no dice la verdad!”, dijo ayer Bernardo Alberte, el hijo de un militar peronista, declarado enemigo de José López Rega y al que se lo recuerda como el primer muerto de la dictadura.

La reunión de gabinete en cuestión no es un dato más de la causa de la Triple A que sigue Norberto Oyarbide. Es uno de los tres puntos clave sobre los que el juez federal argumentó el pedido de detención de la viuda de Perón, en el marco de su causa.

Según el expediente, la reunión de gabinete en cuestión se hizo el jueves 8 de agosto de 1974 a las seis de la tarde en un salón de la residencia de Olivos. El cónclave fue presidido por la presidenta en funciones y asistió la totalidad de los ministros, incluso el titular de la cartera de Educación, Jorge Taiana (padre) que se encontraba a la espera de la autorización de su renuncia. Al encuentro también asistió el jefe de policía Alberto Villar y los jefes de las tres Fuerzas Armadas, entre ellos el ex almirante Emilio Massera.

Los detalles de la reunión forman parte de la biografía del teniente coronel Bernardo Alberte, asesinado por la dictadura militar el 24 de marzo de 1976 y ascendido a general en diciembre del año pasado por el presidente Néstor Kirchner. Hasta 1974, Alberte padre siempre estuvo cerca de Perón y fue uno de los que se enfrentó con José López Rega. El viernes 9 de agosto, un día después de aquella reunión de gabinete, habría recibido una visita en el local de su tintorería del ministro de Educación, Jorge Taiana. En el local de Juncal 848, también estaba su hijo.

“¡Váyase porque lo matan!”, le dijo en ese momento al padre de Alberte. Según Alberte hijo, Taiana avisó que lo mismo iba a sucederle a Julio Troxler, sobreviviente de los fusilamientos de 1956 y entonces subjefe de la Policía Bonaerense. En la reunión también se habrían mencionado otros nombres. Entre ellos a Silvio Frondizi, Hernández Arregui y Rubén Sosa.

–¿Qué sucedió en la reunión?

–Taiana llegó muy nervioso a ver a mi padre –explica Alberte hijo–. Según le contó, la reunión de gabinete comenzó con la proyección de diapositivas sobre una pantalla con la imagen de distintas personas. La primera era Julio Troxler. En cada imagen proyectada, se escuchaba una voz grabada, y esa voz decía las actividades políticas e ideológicas de los “subversivos” y “antipatrióticos”. Todos ellos eran peligrosos para la seguridad nacional. Esto decía la voz.

Varios testimonios concordantes señalan que esa voz era la de López Rega. La semana pasada, sin embargo, esa versión quedó desdibujada por un reportaje a Caraballo publicado en el último número de la revista Debate. El ex secretario técnico de Perón es el único sobreviviente de la reunión de gabinete en condiciones de hablar, fuera de Isabel Perón y de Massera. En su declaración, aseguró que se habló de asesinatos sino de expulsar del gobierno a los “infiltrados marxistas”, todos funcionarios. Entre otros, mencionó a Troxler. Algunos datos de la entrevista parecen situar la reunión antes del 8 de agosto, y antes de la muerte de Perón.

–Caraballo elude la reunión del 8 del agosto.

–¿Por qué?

–Ahí está el tema –dice Alberte–: según diarios de la época, Caraballo también estuvo en la reunión. El dato surge del libro de mi padre, Un militar entre obreros y guerrilleros. Según el libro, esa información está publicada por el diario Mayoría, y como está documentado se va a presentar en la causa.