Desde San Miguel de Tucumán

Cintas rojas advierten a los visitantes sobre la peligrosidad del área. Paredes arrancadas de cuajo, techos desvencijados y barro por todas partes son algunos de los signos que dan cuentan de la fuerza con la que el río Famaillá, en la provincia de Tucumán, arrasó con todo lo que se cruzó en su camino. Ese fue el caso de la Escuela Técnica Nº 1, levantada hace años a la vera del cauce y de la cual hoy sólo quedan sus vestigios. Es sólo uno de los más de 150 colegios afectados por las inundaciones producidas por el fuerte temporal que azotó esa región del país. El gobierno nacional hizo llegar ayer unos seis millones de pesos en ayuda para resolver la situación de esos establecimientos.

“No hicimos a tiempo a salvar nada. El agua nos ganó de mano. Perdimos todo. Computadoras, documentos, muebles”, contó una vecina de la ciudad de Famaillá, que ayudó a limpiar la escuela luego de la tragedia. El agua llegó a un metro y medio de altura. Este colegio fue uno de los puntos del recorrido del ministro de Educación, Daniel Filmus, quien junto al gobernador tucumano, José Alperovich, visitó las escuelas afectadas por el temporal. En total, unas 166 escuelas sufrieron daños por las crecidas.

Filmus se comprometió a destinar tres millones de pesos para relocalizar la escuela de enseñanza técnica y a girar seis millones de pesos para la ejecución de obras de infraestructura en las escuelas dañadas.