Nati estaba a punto de levantarse cuando la buena noticia la precipitó de la cama. “Ganamos”, le dijo su mamá. La adolescente cordobesa de 17 años acababa de obtener el permiso de la Justicia de Villa Dolores para cambiar de sexo y adecuar su nombre en el DNI. “Estoy contenta porque la gente aceptará mi verdadera identidad”, sostuvo la joven con la tranquilidad de saber que llegó a su fin el peregrinar de sus padres por los tribunales de la provincia y que en poco tiempo dejará de vivir en el cuerpo masculino en el que hoy no se reconoce. Se trata del primer fallo que autoriza este tipo de intervención a una persona menor de 18 años. El paso fue dado por el mismo magistrado que hace tres años lo desestimó por considerar que la potestad de los padres no era suficiente para solicitar la operación “irreversible”.

Los padres de Nati también están tranquilos. “Llegó a su fin el desgaste psicológico, físico y económico que significó iniciar esta lucha hace tres años”, sostuvo Javier, su padre. Los padres recibieron la notificación oficial el viernes pasado. En un fallo de 86 páginas, el juez en lo Civil, Comercial y de Familia de Villa Dolores, Rodolfo Alvarez, resolvió, en primer lugar, admitir el pedido impulsado por los progenitores de la joven para someterla a la adecuación de sexo.

“Es necesario que se practique en la persona del menor la intervención quirúrgica feminizante de sus órganos genitales, a través de las prácticas que fueran necesarias para la adecuación de su sexo de varón a mujer”, dispuso el magistrado. “Con esta decisión, quedó demostrado que mi hija tiene un grave problema de salud”, agregó. La joven sufre de disforia de género. Ella tiene cuerpo masculino, pero se siente mujer desde los 13 años. En diálogo con Página/12, Nati expresó su alegría por la medida judicial. Luego se tomó su tiempo para agradecer a su familia, ya que “sin su apoyo incondicional, desde el primer momento, nada de esto hubiera ocurrido”, destacó. Además, lamentó que hubiera tenido que pasar por tanto trámite para obtener la autorización: “Ojalá que con este fallo, en el futuro, chicos que pasen por el mismo sufrimiento que pasé yo en estos años puedan adecuar su sexo sin tanta burocracia”.

El fallo judicial no generó sorpresa ni euforia en la familia porque en realidad era una medida esperada desde hace dos meses, cuando se conoció la recomendación del Comité Consultivo y Bioética del Poder Judicial de Córdoba para que se autorizara la operación. En ese momento, la alegría sí invadió la casa de Nati, en Villa Dolores, ubicada a 180 kilómetros de la capital provincial. Los ocho especialistas recomendaron la realización de la cirugía de adecuación de sexo y el cambio de DNI con el nombre y el género femenino. Además, contemplaron la necesidad de que la chica reciba la supervisión psicológica posoperatorio que permita “resguardar la integridad psíquica de la joven ante la nueva situación psicofísica hasta los 21 años”, y que se realicen informes periódicos sobre la situación integral de la adolescente durante el mismo lapso.

Esta recomendación de los expertos abrió la puerta al fallo favorable que además dispone “la obligación a los padres del menor de asegurar al menor una debida supervisión y acompañamiento interdisciplinario por psicólogo, psiquiatra, endocrinólogo y cirujano, tanto anterior como posterior a la operación y hasta la mayoría de edad de su hijo”. Además prevé que tras la cirugía “se proceda a la rectificación de la partida de nacimiento del menor”, imponiendo su nuevo nombre –que ya habría sido elegido– y sexo femenino y a expedir un DNI con su nueva identidad.

El fallo fue elaborado por el mismo juez que hace tres años desestimó el pedido. El magistrado había rechazado in limine la solicitud, por considerar que la potestad de los padres no era suficiente para autorizar una operación de carácter “irreversible”. “Si el juez hubiera dado trámite al pedido, la lucha hubiera sido menor como también el dolor y el sufrimiento de mi hija. Ahora, Nati, al obtener la aceptación legal gana la aceptación social de su identidad femenina”, destacó Javier.

En ese momento, los padres apelaron la decisión y agregaron un pedido de tratamiento hormonal que impidiera el desarrollo del aspecto masculino de la joven mientras avanzaba el trámite jurídico. Los camaristas desestimaron la solicitud argumentando que el texto “tenía graves deficiencias formales” porque anexaba la autorización para una asistencia hormonal que no estaba mencionada en la primera instancia judicial. Alicia y Javier llevaron su pedido al Superior Tribunal de Justicia, que decidió revocar el fallo del juez Alvarez y le ordenó que estudiara el caso.

Con este fallo judicial, los padres tienen vía libre para operar a su hija. Por ello, ahora están abocados a buscar a los especialistas y a la institución médica capaz de realizar la cirugía de adecuación de sexo. “La operación disminuirá notablemente el padecimiento de vivir en un cuerpo masculino, los intentos de autoagresión”, sostuvo Javier. “La operación se va a realizar lo antes posible”, agregó.

Informe: Elisabet Contrera