Una gestión de última hora destrabó el conflicto en los subtes, en los que finalmente hoy no habrá paro. El cuerpo de delegados decidió anoche suspender la medida de fuerza por una mediación del defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino, quien se ofreció a impulsar una mesa de diálogo con Metrovías. “Suspendemos el paro en una apuesta a este espacio de negociación”, anunció cerca de las 23 el delegado Flavio Baigorria desde el hotel Bauen, donde el cuerpo gremial se había reunido para analizar la propuesta.

Así, el conflicto entró en una tregua. El paro había sido convocado en protesta por el despido de un delegado y las sanciones enviadas por Metrovías a cerca de 40 operarios. Ahora, la mediación de Mondino buscará que la empresa retire esas sanciones y que las partes se sienten a discutir los problemas de fondo. Que, en este caso, son dos: un aspecto vinculado al funcionamiento de los servicios, y otro, a la representación sindical. El conflicto empezó en agosto, cuando los delegados comenzaron a denunciar la falta de mantenimiento de los trenes, y se agravó por el enfrentamiento entre los gremialistas de base y la dirigencia de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), que no respaldó los reclamos.

Durante la jornada, el Gobierno había criticado la medida de fuerza, un punto que resulta especialmente sensible porque en el subte viajan cada día un millón de personas. El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, cuestionó desde Nueva York, donde acompañaba al Presidente, el inminente día sin subtes. “Le hemos pedido a quienes están provocando este inmenso daño en la ciudad de Buenos Aires que depongan, que levanten el paro”, señaló. Al mismo tiempo, la viceministra Noemí Rial calificó la iniciativa de “caprichosa” y la Secretaría de Transporte advirtió que esta vez no permitiría que los delegados se tiren a las vías ni frenen los trenes conducidos por personal jerárquico. “En esto voy a pedir que seamos inflexibles, ya que existe un derecho a no trabajar, pero otro a sí hacerlo”, sostuvo el secretario del área, Ricardo Jaime.

La empresa acusó a su vez al cuerpo de delegados de tomar a los pasajeros de “rehenes”. En un comunicado, remarcó que su postura tenía el respaldo no sólo del Ministerio de Trabajo, sino también de la UTA. En el texto distribuido, la empresa reprodujo incluso las declaraciones del secretario general del sindicato, Roberto Fernández. “No vamos a avalar el paro de subtes. Nos parece una falta de respeto. Vamos a garantizar el trabajo porque los trabajadores no están todos de acuerdo con el paro”, recordó Metrovías, que sostuvo el dirigente de la UTA. En este panorama, el conflicto pone de un lado al cuerpo de delegados y del otro, a la empresa, el sindicato y la cartera de Trabajo.

La intervención de Mondino quedó habilitada por la importancia social del servicio, que es en parte propiedad de la Nación. Su propuesta ayudó a descomprimir el difícil clima. Al cierre de esta edición, los delegados habían realizado asambleas en las líneas y talleres y discutían, reunidos en el hotel Bauen, los pasos a seguir. En una señal de la fragilidad del acuerdo alcanzado, el levantamiento del paro era presentado en términos de “suspensión”. “Esto quiere decir que si las conversaciones no avanzan, el paro se relanza”, definió uno de los delegados consultados por Página/12. De todas formas, tanto desde el ámbito gremial como desde el Ministerio de Trabajo, la impresión compartida era que se intentaba alimentar un clima que permita avanzar en el diálogo.