Asambleístas argentinos y uruguayos crearon ayer la Asamblea Regional Ambiental del Río Uruguay como primer paso en la lucha conjunta contra “la propagación de los monocultivos, la extranjerización de las tierras y la instalación de industrias contaminantes en la región, que están causando daños irreparables”. En el documento conjunto, que propusieron unos 400 asambleístas y que redactaron representantes de ambas orillas, señala que empresas como Botnia, ENCE, Isusa o Stora Enso, que construyen o pretenden levantar plantas papeleras en Uruguay, “no son otra cosa que emblemas de un capitalismo feroz e irracional que ignora fronteras y soberanías”.

Los ambientalistas sellaron el acuerdo en la ciudad uruguaya de Nueva Palmira, a 80 kilómetros de Colonia. La elección del lugar del encuentro tampoco fue casual. Cerca de allí, la compañía española ENCE relocalizará su fábrica de pasta de celulosa y la finlandesa Botnia tiene su puerto de zona franca. Ahí también fue donde los productores agrarios orientales “embanderaron” sus campos contra la llegada de las pasteras y los habitantes de la zona protestaron contra la planta de ácido sulfúrico que la empresa Isusa construye para abastecer a las pasteras.

Unos 60 asambleístas de Gualeguaychú cruzaron ayer por la mañana el puente General San Martín, cuyo paso mantienen cortado desde hace casi un año, para participar del encuentro. Asambleístas entrerrianos de Concordia y Colón llegaron a Uruguay a través de los otros dos pasos internacionales que los ambientalistas bloquearon en varias oportunidades. Lo mismo hicieron representantes de Corrientes y Misiones.

Todos sus vehículos fueron minuciosamente revisados en la aduana uruguaya, para evitar que transportaran “materiales” para una eventual manifestación de protesta, mientras fuerzas de seguridad orientales cercaban la planta de Botnia en Fray Bentos. También hubo controles policiales en la ruta y en el ingreso a Nueva Palmira.

En el club Palmirense los esperaban representantes de once departamentos uruguayos, entre ellos productores de Colonia Agraciada, grupos de Soriano, del Movimiento por el Trabajo, la Vida y el Desarrollo Sustentable de Fray Bentos, del Sindicato de Trabajadores de la Forestación de Rivera y la Asamblea del Callejón de Montevideo. A ellos también se sumaron algunos representantes brasileños.

“La única forma de poder lograr que se cambie el modelo que nos quieren imponer desde los países del Norte es que la gente o las comunidades tengamos debates y podamos hacer cambiar las políticas”, dijo el asambleísta uruguayo Daniel Roselli, editor de un semanario de Colonia y uno de los coordinadores del encuentro. Por su parte, el ambientalista uruguayo Víctor Cardona dijo que “de acá sale conformado un grupo fortalecido. No estamos rengos sino que hay dos piernas, una del lado occidental y otra del lado oriental del río Uruguay”.

El dirigente de la Federación Agraria Argentina, Alfredo De Angelis, fue uno de los asambleístas de Gualeguaychú que participó del encuentro. “Los dueños de estas firmas no viven en la Argentina, ni en Uruguay”, dijo De Angelis, quien afirmó que esas “intrusiones empresariales” afectan a los pequeños productores, “desplazándolos a las grandes ciudades, a la vez que están desapareciendo los pueblos del interior”.

Aunque los asambleístas todavía no trazaron un plan de lucha conjunto, acordaron la realización –en fecha a determinar– de una nueva protesta frente a la planta de Botnia en Fray Bentos. También expresaron su determinación de “acabar” con los monocultivos y plantaciones de árboles que tengan como destino las plantas de celulosa y la creación de una archivo propio con los nombres de las empresas de la región que causen contaminación, además del repudio al desmonte en la provincia de Misiones. El tema de los cortes en los pasos fronterizos, que en algún momento dividió opiniones entre argentinos y uruguayos, no fue abordado por los ambientalistas en el debate.