SOCIEDAD › MURIO UN ESTUDIANTE QUEMADO EN LA EXPLOSION DE RIO CUARTO

El estallido se llevó una víctima

Falleció Juan Politano, de 22 años. Otros dos investigadores están en situación crítica. Dudas sobre las tareas que desarrollaban.

Juan Andrés Politano, de 22 años, estudiante de ingeniería química en la Universidad Nacional de Río Cuarto y una de las víctimas de los estallidos en la Planta Piloto de la Facultad de Ingeniería, falleció ayer por las graves quemaduras que había sufrido en el 90 por ciento de su cuerpo. Otras dos víctimas se encontraban ayer en situación crítica. Hugo Politano, padre del joven fallecido, descolgó sombras sobre el fuego: sostuvo que su hijo le había revelado que “hacía dos meses lo habían invitado a participar de un equipo de investigación que trabajaba en un peligroso proyecto secreto sobre combustibles”. “Lo único que quiero –-pidió el padre– es que la universidad me diga qué pasó.” El hexano ya quedó confirmado como el detonante de la serie de estallidos. También quedó comprobado que la cantidad de tambores –entre 15 y 18– era excesiva para mantener dentro del establecimiento. Las autoridades de la UNRC y de la Facultad de Ingeniería aseguran que desconocían la existencia de tal cantidad y prometen que investigarán. Uno de los grupos de investigación que trabajaba dentro de la Planta Piloto se dedicaba a investigar la producción de biodiesel a partir de oleaginosas. Una versión mencionaba que las investigaciones se realizaban en secreto para el sector privado, y las desmentidas sostenían que las investigaciones entre el sector privado y el universitario están promovidas abiertamente por el Gobierno.

“Yo quisiera que la Universidad me contara qué fue lo que pasó, tengo mis dudas, pero quiero saber qué pasó con mi hijo, quiero saber si hubo negligencia, si es cierto lo que dicen algunos, que se cayó un tambor”, sostuvo Hugo Politano. Su hijo había sufrido graves quemaduras en el 85 a 90 por ciento de su cuerpo y era el que se encontraba en estado más desesperante y había sido derivado al Instituto del Quemado.

Oscar Cardozo, subdirector del Hospital de Córdoba, del que depende el Instituto del Quemado, dijo que Politano había llegado al centro asistencial “con asistencia respiratoria mecánica. Entubado con un respirador”, y que durante las últimas horas permaneció “sedado farmacológicamente”.

Cardozo dijo que hay otros “cinco pacientes, todos en estado crítico, dos de ellos en estado desesperante. Los otros tres tienen un pronóstico algo mejor, ya que el porcentaje de sus quemaduras son de entre el 40 y el 50 por ciento”. Según el director del Instituto del Quemado, Carlos Simons, los dos pacientes en estado más crítico son los investigadores Damián Cardarelli, de 43 años, y Liliana Giacomelli, de 41.

Además de Giacomelli y Cardarelli, en el mismo instituto se encontraban internados Diego Bonassa, según unas versiones perteneciente a una empresa de Rosario y según otras a la Aceitera General Deheza (AGD lo desmintió), y los investigadores Carlos Ravera, Miguel Angel Mattea y Gladys Baralle de Simone. Mattea es una eminencia en ingeniería química y es director del grupo de investigación Gidpo (Grupo de Investigación y Desarrollo en Productos Oleaginosos), uno de los equipos de la facultad y el que se encontraba trabajando en el lugar del estallido. Politano pertenecía al Gidpo.

Hugo Politano sostuvo que su hijo Juan Andrés le había confiado que el proyecto era “secreto”, “muy peligroso”, “que debían realizar las tareas por la noche” y que “participaba una empresa extranjera”. “Mi hijo estaba contento con lo que hacía –agregó, tal vez intentando morigerar el tono que resultaba acusatorio– en la UNRC. El nunca dijo que no había seguridad. Lo que sí dijo es que era peligroso. Yo quisiera que la Universidad me contara qué fue lo que pasó, tengo mis dudas, pero quiero saber qué pasó con mi hijo, si hubo negligencia, si es cierto lo que dicen algunos, que se cayó un tambor”, agregó con la voz quebrada.

Osvaldo Simone, esposo de Gladys Baralle, una de las internadas en el Instituto del Quemado, aseguró conocer “exactamente la Planta Piloto, sé cómo trabaja el grupo del cual Gladys es miembro, es de reconocida sapiencia, capacidad, experiencia, si bien a veces hay trabajos riesgosos yo confío plenamente en la capacidad del grupo”.

Ahora, el juez subrogante Oscar Valentinuzzi, el mismo que investiga las explosiones de Río Tercero, pidió pericias a los bomberos, a la policía provincial y a los federales.

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“Yo quiero que la Universidad me cuente qué pasó, tengo mis dudas”, dijo el padre de Politano.
Imagen: Gentileza Diario El Puntal
 
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