En las últimas semanas, directivos de diez escuelas llamaron al Consejo de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes para solicitar la realización de los talleres de “Sexualidad, Género y Derechos Humanos”, entre ellas el Normal Nº 3. Otras 58 habían quedado en lista de espera del año pasado. Pero ninguna obtuvo respuesta. La coordinadora del proyecto, la psicóloga Lilian Fischer, recibió la orden de no dar turnos. Por el momento –según la versión más optimista– están suspendidos. Pero un alto funcionario del Consejo, que prefirió el off the record, confirmó a este diario que no los quiere en su órbita.

Los talleres forman parte del programa “Nuestros derechos, nuestras vidas”, creado en 2001, durante la gestión de María Elena Naddeo en el Consejo. La actividad venían llevándose a cabo como parte de un convenio con el Ministerio de Educación de la ciudad. Los talleres estaban a cargo de integrantes de diversas ONG, con amplia trayectoria en el abordaje de la temática, entre ellas la Fundación Estudios e Investigación de la Mujer (FEIM), que dirige la epidemióloga Mabel Bianco, el Foro por los Derechos Reproductivos, la Asociación Argentina de Educadores Sexuales y el Instituto Social y Político de la Mujer.

Los talleres se realizaban a pedido de las escuelas. En total, se hicieron en 198, la mayoría públicas, y llegaron a unas 130 mil personas, entre alumnos –chicos y adolescentes–, docentes y futuros maestros. En 2007 hasta los solicitaron desde la misma Dirección de Educación Superior del gobierno porteño para los alumnos de profesorado. Un aspecto importante del proyecto es que contiene módulos diseñados para escuelas de educación especial: en el Consejo de Derechos de Niños destacan que no es fácil encontrar material sobre educación sexual con una perspectiva de género para alumnos –y docentes– de esos establecimientos.

Según pudo saber este diario, además, a partir de la sanción de la Ley de Educación Sexual de la Ciudad en 2006, la demanda de los talleres sobre “Sexualidad, Género y Derechos Humanos” aumentó considerablemente, porque los docentes no se sienten todavía seguros para abordar el tema en las aulas y buscaban apoyo y colaboración a través de los talleres.

Los talleres consistían en cinco encuentros, de 80 minutos cada uno, dentro del horario escolar, en los que se trabajaba con una visión integral de la sexualidad, a partir de diversas técnicas participativas, promoviendo las preguntas anónimas en los estudiantes, siempre desde el marco de los derechos humanos, con perspectiva de género.

El programa “Nuestras vidas, nuestros derechos” tuvo en 2007 un presupuesto de 360 mil pesos aproximadamente para pagar a los talleristas. Este año, el monto se redujo a apenas 216 mil pesos. El presidente del Consejo de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, el ex legislador de Recrear Jorge Sanmartino, ya comunicó internamente que es probable que los talleres sobre educación sexual se levanten: no los quiere en su área y pretende que los absorba el Ministerio de Educación, pero todavía en el territorio de Mariano Narodowski no le respondieron. Por lo pronto, los encargados del programa recibieron la orden de no salir a promocionarlos a las escuelas ni en forma personal ni por carta, como hacían cada año a comienzos del ciclo escolar. Y no confirmar fechas de realización de los talleres a las escuelas que llaman pidiéndolos.