La obligatoriedad de la enseñanza tampoco se honra en el segmento inicial, ya que dos de cada diez chicos de 5 años no asiste al Jardín de Infantes. La derogada Ley Federal de Educación establecía la obligatoriedad de esa sala, algo que la Ley Nacional de Educación, norma sustituta, dispone como un deber del Estado, que debe garantizar el acceso al nivel inicial desde este segmento. Este déficit en el otro extremo de la carrera escolar tiene un marco similar al problema que afecta a los jóvenes, ya que se agudiza notoriamente con la pobreza.

El dato surge de otro de los análisis de la Ctera, realizado sobre las mismas fuentes oficiales. Allí se denuncia que al menos 150 mil chicos no concurren al preescolar, porcentaje que sube al 47 por ciento si el enfoque se amplía a la franja de 3 a 5 años, incluyendo aquellos segmentos no obligatorios.

Cuando la mira se centra en los niños de 5 se ve una enorme disparidad por regiones. Mientras que en la zona pampeana y patagónica la falta de asistencia promedia el 20 por ciento, ese porcentaje trepa al 35 en el caso de las provincias del Nordeste, aquellas más golpeadas por la pobreza medida por Necesidades Básicas Insatisfechas.

La brecha es aún más notoria cuando el universo incluye a los chicos desde 3 años, que según los hábitos de sectores medios urbanos inician su socialización en el Jardín. En Misiones, una de las cuatro provincias del más pobre Nea, sólo 12 de cada 100 chicos van a la escuela.

También en este segmento se replica el déficit de vacantes que se da en el secundario, en particular en la provincia de Buenos Aires, la más poblada del país. Ctera recuerda que muchos de los niños en condiciones de ingresar al Jardín no lo hacen por la carencia de lugares, algo que en los informes oficiales se consigna como población “excedente” que queda marginada a la “lista de espera”.