Con timidez y valentía, un integrante de Colectivo Cannabis leyó un comunicado que exigía la legalización del cultivo del cannabis y que fue oportunamente recogido por la doctora Mónica Cuñarro, secretaria ejecutiva del comité científico asesor del Ministerio de Justicia y organizadora de las jornadas.

Entre otras argumentos, el texto apuntaba: “Las leyes prohibicionistas no actuán sobre la sustancia sino que encuentra una única razón de existencia en las personas. En el individuo y en la sociedad. Los valores morales que éstas encubren son nefastos. Asocia a los usuarios a una moral opuesta condenada por estos mismos principios. Una moral que se pretendía acoplar acorde al advenimiento de una nueva era plagada de totalitarismo, de unipolaridad, de un solo modo aceptable de pensar. La prohibición al consumo de drogas es lisa y llanamente una mentira que pretende encubrir una forma de dominación cultural, que apunta a un modelo de sociedad unipolar, unicultural, que desconoce por completo la diversidad de sus actores, sus modos de vida, sus formas de pensar, cosmovisiones. Un modelo de sociedad absolutamente intolerante con El Otro y con Lo Otro”.