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“Me siento como un paquete que alguien dejó y nadie lo quiere devolver a su destino. Tengo varias cosas por hacer en Buenos Aires. Entre ellas, una operación de la vista.” Emilse Malgesini es una jubilada argentina de 76 años. También, una de las tantas personas que aún permanece varada en México tras el brote de gripe A, sin poder regresar a la Argentina. Pese a que hubo un vuelo charter para repatriar a 200 argentinos, “como cambié la fecha de regreso no me dejaron viajar. Sólo lo pudieron hacer las personas que originalmente iban a volver antes del 3 de mayo”, aseguró a Página/12 la mujer. Ayer, Emilse continuaba sin fecha prevista de regreso.

Desde hace dos años, el hijo de Emilse, Daniel, vive en el Distrito Federal. El 16 de febrero último, ella llegó en plan de visita familiar. Su fecha de regreso estaba prevista para mediados de mayo. “Cuando surgió el tema de la enfermedad, lo primero que hizo Daniel fue cambiar el pasaje para el 31 de abril”, relató la mujer.

Al volver de un “viaje por las playas de Cancún”, Emilse, su hijo y su nuera fueron “sorprendidos” con la noticia del brote de influenza. “Justo cuando llegamos al DF empezó la paranoia. El 23 de abril se cerraron las escuelas y toda la vida social. Y como el fin de semana estuvo todo cerrado, recién el lunes intentamos cambiar el pasaje de regreso.” Desde entonces, volver a Buenos Aires se convirtió “en una odisea”.

Antes de que el gobierno argentino suspendiera los vuelos desde México, Emilse cambió la fecha de su regreso. “La aerolínea Mexicana me cobró 100 dólares más IVA de multa por cambiar un boleto que ahora no tiene fecha definitiva”, se quejó la mujer. Porque Emilse no pudo regresar a Buenos Aires “el día previsto ni al siguiente. La fecha la modificaron infinidad de veces, sin embargo, la plata no me la devolvieron”. De hecho, cuando se quejó ante la defensora del consumidor mexicana, la contestación oficial fue exactamente la misma que la empresa aérea: “El problema es de su país que no permite los vuelos, no de nosotros”, le dijeron.

Desde la embajada argentina en México, las respuestas no fueron más satisfactorias: “Por teléfono, un empleado mexicano me dijo que la única manera para regresar era conseguir un vuelo que triangulara con otros destinos antes de llegar a Buenos Aires”, concluyó la mujer desde el departamento de su hijo en la colonia Roma Norte.

Informe: Mariana Seghezzo.