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Hoy se definirá en qué condiciones se debatirá la ampliación del matrimonio civil en el recinto del Senado la semana próxima. La incógnita acerca de si el proyecto aprobado por la Cámara de Diputados obtendrá las firmas para pasar a la siguiente etapa con dictamen de mayoría persistía hasta ayer en la noche, y posiblemente sólo se despeje entrada esta tarde. Recién desde las 15, cuando comienza la reunión de la Comisión de Legislación General, se irá sabiendo si ocho de los quince integrantes están de acuerdo con que un matrimonio civil inclusivo se debata en primer término, o si a último momento da un paso adelante la unión civil. Seis senadores adelantaron ya hace tiempo su firma. Uno más, el jujeño Guillermo Jenefes, anunció públicamente su firma en disidencia total, un mecanismo utilizado para consentir que, llegado al recinto, el proyecto tenga tratamiento prioritario, aunque ello no signifique un acuerdo del senador con su contenido. Restaba un voto: hasta última hora, se especuló con que el mendocino Rolando Bermejo imitaría el gesto de Jenefes. Al cierre de esta edición, las organizaciones sociales que impulsan el proyecto vacilaban sobre la decisión que tomaría ese senador; fuentes del Congreso aseguraron a esta cronista que esa decisión ya había sido tomada, y habilitaría dictamen mayoritario.

El reglamento del Senado indica que sólo se considera que un proyecto ha alcanzado dictamen mayoritario si ha sumado la mitad más una de las firmas de los integrantes de la comisión en que tramita. Legislación General tiene 15 senadores, con lo cual el futuro próximo de la iniciativa depende de ocho voluntades. De momento, lo seguro es que la rionegrina María José Bongiorno, la jujeña Liliana Fellner, el santacruceño Nicolás Fernández, el neuquino Marcelo Fuentes y el entrerriano Pedro Guastavino, todos del oficialismo, y el cordobés Luis Juez firmarían el dictamen por estar favor del proyecto.

Quienes no acompañen el proyecto aprobado en mayo en Diputados pueden, en cambio, acompañar alguna de las propuestas que han proliferado en las últimas semanas para sumarse al de “unión concubinaria o unión sexual y afectiva estable”, de la formoseña Adriana Bortolozzi (que firmaría en solitario su iniciativa). Como el de esta última senadora, esos proyectos coinciden en una cuestión nada menor: la convicción de que no puede haber matrimonio para parejas integradas por personas del mismo sexo.

El proyecto de la mendocina Laura Montero (que no integra la comisión), “de unión civil”, otorga todos los beneficios del matrimonio, incluida la adopción conjunta, a parejas de personas del mismo o distinto sexo. La Comunidad Homosexual Argentina (CHA) pidió públicamente que las senadoras y los senadores “retiren los proyectos alternativos de uniones civiles y concubinarias” por “discriminadores”. En esta iniciativa, quienes se inscriban en un registro adquirirían el estado civil de “unidos civilmente”. Dos integrantes de la comisión acompañarían este proyecto que busca atajos para no hablar de matrimonio: el chubutense Mario Cimadevilla y el correntino José María Roldán.

A excepción de su autora, nadie en la comisión se pronunció todavía públicamente en favor del proyecto sobre uniones civiles de la salteña Sonia Escudero. El texto excluye toda posibilidad de adopción por parte de los dos integrantes de la pareja. En todo lo demás, la unión civil “produce iguales efectos (...) que el matrimonio”, pero sin serlo. Además, impulsa la creación de un “observatorio de uniones civiles” dentro de la órbita del Ministerio de Justicia. Su función sería “monitorear la aplicación e incidencia” de la ley que crea a nivel nacional la unión civil, y también “sugerir futuras modificaciones” para ella.

El último de los proyectos más nuevos estipula, literalmente, que “se denomina matrimonio cuando uno de los contrayentes es una mujer y el otro un varón; se denomina unión civil cuando los dos contrayentes son del mismo sexo”. Sus autores fueron el formoseño Luis Petcoff Nadidenoff y el santiagueño Emilio Rached, quienes niegan a parejas de personas del mismo sexo la adopción conjunta. Se trata, como explicitan los fundamentos, de una idea que busca dar respuesta a un reclamo “sin alterar el tradicional concepto de matrimonio para la unión entre un hombre y una mujer”. Hasta anoche nadie había anunciado que lo firmaría.