SOCIEDAD

Pitutos y otras yerbas

 Por Raúl Kollmann

Uno de los argumentos más difundidos contra Carlos Carrascosa y la familia García Belsunce es que taparon el crimen, lo que indicaría que alguna relación con el homicidio tenían. Carrascosa y su abogado Fernando Díaz Cantón destinan numerosas páginas a explicar que se trató de una falsa instalación mediática.

- “Es un hecho indiscutido que de inmediato llamé a una ambulancia de OSDE. Que la hermana de MM, Irene, salió corriendo a buscar un médico en el country y que llamó a otra ambulancia de Emernort. Todos los médicos, auxiliares de médicos, de diferente procedencia, que vendrían iban a tomar contacto con el cuerpo de María Marta. Así pasaron Gauvry Gordon, Biasi, Beltrán Cachi, Piazza, e intervinieron de la forma más intensa e invasiva que uno puede imaginar. Eran personas expertas, desconocidas por mí. ¿Qué clase de encubrimiento es éste donde yo me expongo a que vengan tantos expertos asumiendo el riesgo de que descubran el delito que se supone que yo cometí?”

- En el texto, Carrascosa explica que ninguno de los expertos vio o habló de balazos. Pero ello está corroborado cuando se hizo la autopsia. Los dos forenses que la hicieron, Carlos Flores y Héctor Moreira, lo afirmaron. Ambos declararon que en la propia autopsia, desde afuera, no se percibía que los orificios en el cráneo fueran producto de disparos, sino parecían golpes. Recién cuando cortaron el cráneo y encontraron los proyectiles, Flores y Moreira se dieron cuenta de que los orificios correspondían a balazos. “La persona común, no médico, pudo no haberse dado cuenta tranquilamente de que esas lesiones eran producto de armas de fuego. En cuanto a un médico no especializado en prácticas forenses también pudo no haberse dado cuenta”, declaró el forense Moreira en la causa judicial y ante los jueces del Tribunal Oral.

- Se dijo, sobre todo en algunos medios de prensa, que alguno de los orificios fueron tapados con La Gotita. Eso fue categóricamente desestimado en el juicio. Quedó probado también en el juicio que nunca la familia tuvo intención de cremar el cuerpo de MM.

- El fiscal Molina Pico ordenó la autopsia después que declarara el médico Santiago Biasi, uno de los que concurrió aquella noche, y que dijo que sospechaba de la muerte de MM. “Si yo no hubiera llamado las ambulancias –sostiene Carrascosa– nunca hubiera aparecido un Dr. Biasi cuyo testimonio y a cuyo informe se le otorga un valor tan gravitante en la investigación.”

- “Además, toda mi familia intervino en el caso. Mi cuñado Horacio García Belsunce llamó al fiscal Juan Martín Romero Victorica y al comisario Angel Casafús. Producto de esas llamadas, concurrieron a nuestra casa el comisario Aníbal Degastaldi y el propio fiscal Molina Pico. ¿Qué clase de encubridores son éstos que provocan en forma inmediata la intervención de médicos variados y desconocidos y de autoridades del ámbito policial y judicial? Si bien es cierto que mi cuñado, Horacio, procuró indulgencia en aquellos momentos de dolor ante la versión, nunca confirmada, de que un patrullero se encontraba en las inmediaciones, lo cierto es que a la vez sus llamados a las autoridades implicaron el puntapié inicial para la intervención inmediata de las autoridades”, señala el texto.

- “El tema del hallazgo del plomo –el pituto– fue objeto de múltiples debates. Si bien es cierto que fue arrojado al inodoro, las cuatro personas allí presentes no se percataron en ese momento de que se trataba de un proyectil de arma de fuego, sino que pensaron que era algún elemento usado por los médicos en los intentos de reanimación. Y lo cierto es que no hubo pacto de silencio alguno en relación con ese elemento, dado que gracias a la información proporcionada espontáneamente por los cuatro presentes al fiscal Romero Victorica es que se logró recuperar ese elemento. Y se hizo gracias a nuestra familia, al hermano de MM, John Hurtig.”

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