De la reunión de la Comisión Asesora de Trasplante Pulmonar del Incucai participaron, además de Mario Bustos, uno de los médicos de las jóvenes Oviedo, responsables de otros hospitales privados y funcionarios del Instituto. Previamente a la reunión “y en atención al análisis de la mortalidad en lista de espera para trasplante de pulmón en Argentina”, informó un comunicado con las conclusiones, la Comisión elaboró “nuevas definiciones clínicas y criterios de distribución” para “mejorar el acceso al trasplante de órganos cadavéricos”. Además, “desde el Incucai se han comenzado a implementar nuevas estrategias” para aumentar el número de donantes. A la vez, “se propone explorar como una nueva fuente de pulmones cadavéricos al donante en parada cardíaca”. En lo que refiere “a la posible incorporación del trasplante pulmonar con donante vivo en la normativa vigente”, es decir, en casos como el que llevó a la familia Oviedo a la consideración de la opinión pública, la Comisión acordó que “sólo debería ser considerada como una instancia excepcional, siendo la última opción en pacientes en situación clínica de urgencia y luego de haber agotado la alternativa del donante cadavérico”. Ese tipo de intervención “debería implementarse en el marco de una estricta reglamentación dictada por el Incucai”, que también deberá procurar “el consentimiento informado para donantes y receptores”.