Miércoles, 15 de junio de 2011 | Hoy
SOCIEDAD › EMERGENCIA AGROPECUARIA
Por Javier Lewkowicz y Cristian Carrillo
La ganadería ovina es la actividad productiva más afectada por la erupción del volcán Puyehue, de Chile. Si bien todavía no existe un relevamiento de las pérdidas que generaron las cenizas volcánicas sobre este sector, un informe del departamento rionegrino de 25 de Mayo, el más perjudicado, estima que unas 270 mil ovejas preñadas necesitan refuerzo alimentario y deberán ser trasladadas de inmediato a zonas sanitarias para el momento del parto. La situación se hace todavía más difícil, debido a que los animales vienen de soportar una extensa sequía, lo que los dejó debilitados para afrontar el invierno. Desde el Ministerio de Agricultura de la Nación explicaron a este diario que el impacto en cada región va variando de acuerdo con las condiciones del viento, las precipitaciones y la continuidad de la erupción del volcán. Desde ayer, rige la emergencia agropecuaria en las provincias de Chubut, Río Negro y Neuquén.
Desde la base logística de emergencia en Ingeniero Jacobacci, constituida por Agricultura, junto con gobiernos provinciales, INTA y distintas cámaras y asociaciones de productores, se inició un monitoreo del territorio y contactos con los afectados del lugar. Los lugares relevados son Gastre, Telsen y Mártires (en Chubut); Adolfo Alsina, San Antonio, Valcheta, 9 de Julio, 25 de Mayo, Ñorquinco, Bariloche, Pilcaniyeu, El Cuy, General Roca, Avellaneda, Pichi Mahuida y Conesa (Río Negro); y Los Lagos y Collón Curá (Neuquén). Todos estos departamentos se encuentran en emergencia agropecuaria.
“Tenemos un escenario complejo: las ovejas venían de una larga sequía e ingresan al invierno con mal estado de peso. Esto produce un alto desgaste de vientres. Por eso es que se comenzó a subsidiar la dieta de los animales y su traslado”, explicó a este diario el subsecretario de Ganadería, Alejandro Lotti. En algunas zonas de Río Negro la capa de cenizas supera los 30 centímetros. “A diferencia de los animales vacunos, con más de cinco centímetros de espesor de cenizas las ovejas no pueden alimentarse”, agregó Lotti. Lo mismo sucede con el agua. Las ovejas son incapaces de abastecerse de las aguadas que tienen esa espesa nata de cenizas en su superficie. Como si fuese poco, estas partículas se adhieren con facilidad en el bellón de la oveja y, cuando éstas se mojan con la lluvia, quedan prácticamente inmovilizadas. Los animales son trasladados a campos menos afectados. “Más al sur es imposible, porque no tienen qué comer”, explicó el legislador rionegrino Luis Bardeggia. El esfuerzo generará un mayor requerimiento en comida, debido a que los animales se van a agitar incrementando la aspiración de cenizas.
Las autoridades provinciales se encuentran aún cuantificando los daños. No obstante, especialistas consultados por este diario se refieren al tema como la peor situación de este tipo de la que se tenga memoria (ver aparte). En tanto, Agricultura publicó algunas recomendaciones de manejo para los primeros días posteriores: evitar movimientos de hacienda, aprovisionarse de forraje; en caso de cenizas en las aguadas no revolverlas, entre otras.
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